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La salva de aplausos que dedicaron al equipo de la película El reino (primera producción española a concurso en la edición de este año) al comparecer en la sala de prensa del Kursaal, constató lo que ya se intuía tras la proyección matinal; se trata de un largometraje que concierne al espectador. Alguno de los asistentes a la rueda de prensa trasladó incluso al director del film, Rodrigo Sorogoyen, la inquietud que esto le generaba, toda vez que durante buena parte de las dos horas que dura la película se invita al público a empatizar con un perfil tan poco edificante como el de un político corrupto: “Lo cierto es que es un riesgo que decidimos asumir, nos gustaba esa idea de forzar al espectador a identificarse con alguien que es un corrupto pero que al verle sufrir y perder todo lo que tiene puede generar en el público un deseo de que le salgan bien las cosas”.
El protagonista de El reino es Manuel Gómez Vidal, un influyente vicesecretario autonómico que, de la noche a la mañana y tras verse traicionado por uno de los miembros de su equipo, se ve abandonado por la cúpula de su partido y por sus propios compañeros al salir su nombre a la palestra como cabecilla de una red de corrupción montada al amparo de las instituciones. El hecho de haber omitido referencias concretas a unas siglas políticas, a un territorio o a una época de cara a ambientar la acción de la película, fue una decisión deliberada por parte de Sorogoyen y de su guionista Isabel Peña, ganadores ambos del premio al mejor guion en San Sebastián hace dos años por Que Dios nos perdone: “Habría sido injusto, deshonesto y poco acertado poner el foco sobre un partido político concreto. Esta película no habla de los partidos políticos sino de la gente que los puebla”, manifestó el director quien en compañía de Peña y del actor protagonista, Antonio de la Torre, se estuvieron entrevistando con políticos de todos los partidos, muchos de ellos imputados en casos de corrupción, en aras de documentarse: “La labor del actor es entender, no juzgar, eso es lo que me parece apasionante de mi trabajo”, manifestó el protagonista de El reino quien, en otro momento de la rueda de prensa, apuntó: “Todo el mundo tiene alguna razón para hacer algo. El problema es que vivimos en el autoengaño sin ser muy conscientes de la naturaleza de nuestras acciones. A partir de ahí buscamos todo tipo de justificaciones para nuestros actos, que si el sistema es así, que si la vida está así montada...”.
Tanto Antonio de la Torre como el resto del elenco de la película omitieron dar nombres concretos cuando fueron inquiridos por los periodistas a desvelar quienes fueron sus modelos de inspiración para los personajes que interpretan en la trama: “Los actores trabajamos con algo fundamental que es nuestra capacidad de imaginación” manifestó el veterano José María Pou antes de añadir “una de las cosas que más me gusta de El reino es cómo describe la trastienda de los partidos políticos, lo que se dicen entre ellos, cómo se escupen entre compañeros, cómo se besan”. Algo en lo que coincidió la actriz Ana Wagener: “Hay algo morboso en contemplar a todas estas personas de puertas adentro, en su intimidad”. Y aunque el director del film reconoció que mientras lo escribía no pensó ni por un momento en la aceptación que este pudiera tener fuera de nuestras fronteras, “cuando lo exhibimos en Toronto hace pocos días fueron muchos los que nos dijeron que estas prácticas corruptas también acontecen en países como Canadá o EE.UU”.
Jaime Iglesias