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La película que estrenó ayer la sección Horizontes Latinos, Las herederas, relata la historia de Chela y Chiquita, dos mujeres de sesenta años que pasan por una crisis sentimental tras treinta años de relación con una historia de amor ligada a la comodidad. Todo cambia cuando surgen una serie de contratiempos que obligan a Chela a buscar una manera de mejorar su solvencia económica al pasar por una situación delicada: Chiquita debe entrar en la cárcel por un delito menor y, mientras tanto, Chela se dedicará a hacer de transportista de mujeres de avanzada edad para ganar dinero.
Desde Paraguay llegan junto a su director, Marcelo Martinessi, las tres mujeres protagonistas de este largometraje: Ana Brun, Margarita Irún y Ana Ivanova. El creador del film quiso retratar una historia en la que cualquiera se viera reflejado, pero desde la mirada del género femenino. “Esta es una historia universal, contada a partir de una mujer lesbiana”, explica Marcelo. Tal y como afirma el director “la película podría haber funcionado también con un hombre como protagonista”, sin embargo, “sentía la necesidad de hacer una película con profundidad, con personajes que pudieran llevar el peso de la fragilidad de la película y, para ello, necesitaba que fueran mujeres quienes explicaran la historia”.
Según Martinessi, esta película podría ser una herramienta para “interrogar a Paraguay y a nuestra sociedad sobre el papel de la mujer”. Tal y como añade Marcelo, se trata de “una sociedad que se ha visto silenciada tras muchos años de represión y que, por fin ahora, empieza a alzar la voz”.
Es curioso que el director comenzara a escribir esta historia hace ya seis años y que llegue ahora, en el momento idóneo para sentirse “arropado” por gran parte de la sociedad y por corrientes como la vivida en Hollywood, Time’s Up.
Margarita Irún (Chiquita) y Ana Ivanova (Angy), coinciden en que la sociedad “insiste en hacer invisibles a las mujeres a partir de los cuarenta” mientras que para ellas lo importante es encontrar “la alegría que hay en envejecer”. Algo así consigue Angy con Chela, que pasa de llevar una vida llana a volver a tener sensaciones que hacía mucho no tenía. Y es que el personaje que consiguieron crear con Angy costó: “Hubieron muchas ‘Angies’ hasta conseguir a la que veis en la película”, añade la actriz que la interpreta, “una mujer fatal fuera de todo cliché. Con una seducción y perversión contenida que tanto interés despierta en Chela. Un tira y afloja de la atracción”.
“LasHerederases producto de una sociedad que tiende a encerrarse, a ocultarse y a separarse”, afirma su director. Una historia escrita después de un golpe de estado en Paraguay tras una sana transición democrática, reflejo de la sociedad de la apariencia, del qué dirán, de los chismes entre mujeres. Representa a una burguesía venida a menos que intenta sobrevivir en una sociedad hipócrita. La vida de Chela y Margarita es un intento de demostrar ser quién ya no son.
Las herederas lleva ya a sus espaldas un largo recorrido de festivales, con un buen número de premios acumulados al que hay que añadir el Premio Sebastiane Latino que recibió ayer en el Zinemaldia. Esta categoría premia aquella producción cinematográfica que mejor refleja las realidades, libertades y progresos sociales del colectivo LGTBI.
Tal y como cuentan sus protagonistas, la película aún sigue despegando. Ana Brun confiesa sentirse “asombrada, soñando. Me subí a un cometa y estoy agarrada a la cola sin saber a dónde me lleva”.
María Aranda