"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Aunque sea una película que se defiende por sí misma, es inevitable no ver en Tiempo después una suerte de homenaje a José Luis Cuerda, su director, por parte de los miembros de aquella generación que creció viendo reiteradamente (y admirando) esa comedia de culto que fue Amanece, que no es poco (1989). El sentimiento de deuda con el maestro lo describió muy bien ayer el actor Joaquín Reyes al comentar: “Cuando conocí a Cuerda le dije ‘José Luis, si tuviéramos que pagarte un euro por cada línea de guion de tus películas que nos ha inspirado para nuestros sketches de Muchachada Nui o La hora chanante, ahora serías millonario’, a lo que él contestó ‘¡Ah, pues pagamelos!’”. El cómico manchego, paisano de Cuerda, manifestó asimismo haber “vivido momentos de mucho gustico haciendo esta peli. Estar rodeado de todos estos actores y a las órdenes de un referente como José Luis Cuerda, ya podéis imaginar lo que significa para un muchachico de Albacete como yo”. De esa admiración se hizo también eco Arturo Valls, que además de interpretar uno de los papeles protagonistas del film, es productor del mismo: “Cuando me puse en contacto con distintos compañeros para conocer si estaban disponibles para trabajar en esta película, algunos no me dejaban ni acabar la frase para hacerme saber su ilusión por poder participar”. No obstante fue el productor Félix Tusell el que consiguió sintetizar el entusiasmo de todo el equipo y el ascendente del director sobre ellos con una frase extraída de Amanece, que no es poco: “Todos somos contingentes, pero Cuerda es necesario”.
Quien sabe si abrumado por tanto elogio o, tal vez, buscando impregnar la conferencia de prensa de ese hilarante sentido del humor que destila su película, José Luis Cuerda optó por ejercer de personaje de sus propias historias ofreciendo una desopilante colección de respuestas incluso cuando le preguntaron por algún tema serio como la desesperanzada visión de España que ofrece en Tiempo después, ambientada en un futuro donde los parados viven hacinados y desahuciados mientras los poseedores se parapetan en un único edificio representativo. “Este país no hay por dónde pillarlo –confesó el cineasta–. Yo como director hago lo que puedo, luego sale lo que sale y se ve lo que se ve. Pero, teniendo en cuenta todos los datos que podemos extraer de la contemplación de nuestros compañeros humanos, resulta evidente que algo no estamos haciendo bien”. Sobre lo oportuno y necesario del espítitu de denuncia que subyace en esta comedia sobre un mundo absurdo y hambriento se pronunció Arturo Valls al afirmar: “La sátira es la vaselina necesaria para que la crítica entre mejor”.
Y aunque el reparto del film incluye a algunos de los grandes cómicos del actual cine español, aquellos que estuvieron presentes en la rueda de prensa confesaron que con Cuerda tuvieron que reprimir su humorismo: “Nosotros –confesó Joaquín Reyes–, que somos tan dados a meter morcillas cuando actuamos, vimos que aquí no tenía sentido. ¿Cómo podíamos mejorar el guion de José Luis?”.
Jaime Iglesias