"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Ciro Guerra (viejo conocido del Festival tras presentar en Horizontes Latinos varias de sus anteriores películas) y Cristina Gallego no han podido tener un mejor aterrizaje en Donostia. Pocos minutos antes de entrevistarles se hacía pública la lista de nominados a los premios Fénix (los Oscar del cine latinoamericano) y su película Pájaros de verano, que puede verse estos días en Perlak, atesora nada más y nada menos que nueve candidaturas, incluyendo película, dirección y actriz protagonista: “Son unos galardones que apreciamos mucho y por eso nos llena de felicidad la noticia”, comenta Ciro Guerra. “Las candidaturas de este año demuestran la buena salud del cine latinoamericano y además de nuestra película están las dos candidaturas de Laura Mora con Matar a Jesús,que el año pasado ganó aquí el Premio de la Juventud, lo cual para el cine colombiano es una buenísima noticia”.
Pájaros de verano, que este año fue una de las películas más aplaudidas en Cannes, es una evocación de los inicios del fenómeno del narcotráfico en el Caribe colombiano durante los años 60 y de la época conocida como la de la bonanza marimbera: “En aquella zona siempre hubo una gran tradición de contrabando pero lo que es cierto es que cuando se dedicaron al negocio de la marihuana, la realidad del lugar cambió”, comenta Cristina Gallego. “Aunque nos basamos en hechos reales –precisa Ciro Guerra– optamos por no contar la historia concreta de una familia sino inspirarnos en varios casos, en diversos testimonios”.
Capitalismo sin restricciones
Ambos directores confiesan que la representación del fenómeno del narcotráfico sigue generando incomodidad en buena parte de la sociedad colombiana: “sobre todo porque ha solido ser asumida por directores foráneos que al abordar la historia de los cárteles de la droga lo hacían apelando a una retórica de western, como si se tratase de una historia de renegados y forajidos”, dice Ciro Guerra. “Se trata de un fenómeno que para nosotros, como nación, constituye una auténtica desgracia y molestan las aproximaciones superficiales que, desde fuera, se han venido haciendo sobre el mismo”, añade Gallego. “La historia del auge del narco es la historia de los inicios del capitalismo sin restricciones”, apunta su codirector.
Para evocar estos años alejándose del cliché, los directores han optado por una estrategia de representación muy cercana a la desarrollada en sus anteriores películas por Ciro Guerra, quien siempre ha gustado de introducir elementos ligados a la tradición folclórica y una cierta poética de lo legendario: “La obra de García Márquez siempre nos ha inspirado, sobre todo por la forma en que evoca el mundo de lo sobrenatural, la relación con los ancestros y el sentido de pertenencia que existe entre las comunidades rurales”, comenta al respecto Cristina Gallego quien, asimismo, añade sus esfuerzos por “conferir un punto de vista de género, más en consonancia con la realidad, a un tipo de historia que, por tradición, siempre se había abordado desde una mirada masculina”.
Jaime Iglesias