Esta es una historia de motivación, de superarse a una misma y de hacer frente a todos los contratiempos que nos presenta la vida. Son ellas, directoras de fotografía con un amplio bagaje profesional que quieren alzar la voz para que, por fin, todos sepamos que están al pie del cañón, como ellos.
La energía que desprenden incluso abruma. Son ganas, ganas de cambiar las cosas, de reivindicar sus derechos y su posición, de sentirse reconocidas en una profesión que, en ocasiones, no les ha dado las mismas oportunidades por ser mujeres. Ahora intentan que esa situación pase a la historia, que la industria evolucione y valore su trabajo, que no es poco, y puedan ejercer su profesión sin preocuparse por su sexo. Que se reconozca su trabajo por su ejecución.
No nos confundamos, esta es una reivindicación tranquila, sin enemigos. De hecho, la idea de crear este colectivo, en marzo de 2018, surgió de una pregunta que el fotógrafo Paco Belda le hizo a Raquel Fernández, una de las creadoras del proyecto: “Paco tenía la preocupación por saber por qué nosotras no formábamos parte de la asociación de fotografía. Fue entonces cuando empezamos a movilizarnos y a partir de ahí se creó lo que hoy presentamos aquí”. Sin vértigo, comenzaron a ponerse en contacto las unas con las otras. “Todas sentíamos la necesidad de hacer algo, por eso hemos reaccionado tan rápido para hacerlo realidad”, añade Daniela Cajías.
Es cierto que muchos sectores están “masculinizados”, pero “la dirección de fotografía siempre se ha considerado un trabajo masculino”, comenta Bet Rourich. “Durante muchos años ha habido muy pocas directoras de fotografía” añade Bet. Todas coinciden en que el motivo principal es que este trabajo requiere de capacidad de liderazgo y de una serie de conocimientos técnicos que la industria no asocia a las mujeres. Añaden que el hecho de que nunca haya habido referentes implica que cueste un poco más hacerse un hueco por culpa de los prejuicios que caracterizan a ciertos sectores.
Entre preguntas y respuestas surgen anécdotas en sets; situaciones poco agradables que han tenido que pasar mientras realizaban su trabajo como profesionales de la fotografía. Pero no es necesario entrar en detalle porque lo importante es que ellas están cambiando el concepto “machista” de dirección de arte.
La web que han creado (www.directorasdefotografia.com) es un escaparate para presentar todos sus trabajos, y no sólo para demostrar que son mujeres, aunque sean protagonistas de su historia. Cada una de ellas es una pieza individual del puzzle y juntas han creado este mapa diverso y lleno de talento que cubre todas las técnicas que un fotógrafo podría necesitar. “Con esta web lo que queremos es ser visibles. Que quién necesite un director de arte vea que estamos aquí, con diferentes estilos, nombres, personalidades diferentes”, añade Lara Vilanova.
Rita Noriega comenta que “a nosotras mismas nos sorprendió que fuéramos tantas. Había currículums sólidos, mujeres que llevan muchos años trabajando y que ni siquiera conocíamos”. Sentada a su derecha, Elisabeth Prandi añade que este colectivo ha servido para crear “un lugar de debate. Cuando estás sola, trabajando por tu cuenta, te centras en tus ideas y en tus visiones sobre diversos aspectos. En cambio, ahora, que comentamos y debatimos entre todas, nos dotamos de una riqueza que nos nutre y mejora a cada una de nosotras”.
Ellas no demandan trabajo en sí, sino que demandan que la industria sepa que están aquí, que ellas también son una opción. Aunque los datos hablan por sí solos. Tal y como nos cuenta Juana Jiménez “en la industria seguimos siendo sólo un 2%”. Por el contrario, el futuro no pinta tan negro: “Yo soy profesora de fotografía y actualmente quienes representan al colectivo estudiantil de este sector son las mujeres”, afirma Elisabeth. Ahora falta encontrar el hueco que este grupo necesita en la industria del cine. “Gracias a profesoras como ellas, estas chicas se animan a seguir estudiando nuestra profesión”, añade Lara.
El mensaje ha cambiado. Han pasado de decirse a sí mismas “estoy aquí” a declarar en colectivo “estamos aquí, ya no estamos solas”, afirma Lara.
En su proyecto ha tenido un papel esencial Volando Vengo, una agencia creativa con más de 16 años de experiencia. Con su ayuda, han llegado al Festival de San Sebastián. Para ellas estar aquí es “algo que no pensábamos que fuéramos a conseguir teniendo en cuenta que este proyecto es reciente”. Agradecen sobre todo a José Luis Rebordinos su implicación en el proyecto desde el primer minuto. “Nos hemos sentido muy apoyadas por él y por el Festival en general. Escuchó la demanda y enseguida nos dijo: ¡veniros!”, comenta Rita Noriega.
Aquí han podido contar su historia, darse a conocer y animar a muchas mujeres a no darse por vencidas y vivir de su profesión. A las jóvenes directoras de fotografía les recomiendan “fuerza, perseverancia, energía, seguridad y confianza”, características que a ellas no les faltan, desde luego.
Aún queda mucha labor por delante pero el camino que están construyendo permitirá que muchas mujeres alcen la voz y, como ellas, griten “estamos aquí, ya no estamos solas”.
MARÍA ARANDA