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En un Kursaal donde no cabía un alfiler, en un comienzo lleno de expectación y expectativas se proyectaba la primera película de la edición 66 del Zinemaldia. Con El amor menos pensado el director argentino Juan Vera nos trae de vuelta a aquel Ricardo Darín de El mismo amor, la misma lluvia. Cine romántico y argentino, muy argentino.
La historia comienza haciéndonos reflexionar sobre el ‘síndrome del nido vacío’ y así empieza a mostrarnos el interior del matrimonio formado por Marcos y Ana, interpretados por unos magníficos Ricardo Darín y Mercedes Morán, que muestran una química entre ambos que traspasa la pantalla.
De hecho, Juan Vera y Daniel Cúparo comenzaron hace 4 años a escribir este guion pensando ya en Ricardo y Mercedes como actores principales. “Los veo en la película diciendo los textos y me parece que no son textos escritos por mí, parecen diálogos vivos que brotan de ellos. Y cuando vuelvo al guion me doy cuenta de que están diciendo lo que pone, pero ocurre algo mágico, nos devuelven el guion de una manera igual y distinta”, cuenta el director.
El amor menos pensado está basada en los diálogos, en los encuentros, en las cosas que se dicen, lo que les preocupa y sobre lo que reflexionan sus protagonistas. Nos muestra el alma de este matrimonio. Aunque no solo se centra en ese modelo de pareja conyugal, sino que realiza un muestrario de otro tipo de relaciones mediante los personajes secundarios.
Paralelamente a la historia central, existen otras historias que también influyen en las reflexiones de los protagonistas. Les transmiten otras experiencias que les generan preguntas y respuestas nuevas y que les hacendar pasos en una u otra dirección.
“Cada vínculo es inédito, más allá de las fórmulas y los clichés, cada uno tiene que enfocarse, poner lo mejor de sí mismo y escucharse el uno al otro. Quitarle dramatismo a las cosas y ser honesto y sincero, que es fundamental. Creo que una de las claves de la película, más allá de hablar de una relación de pareja, es que no desenfoca las individualidades. Lo que le ocurre a cada uno, sus propios pensamientos, incertidumbres y fantasías, que a veces no comparte con el otro, se reflejan perfectamente en la historia”, reflexiona Darín.
“A pesar de ser una comedia de género y romántica, tiene poco de romántico, poco de género y poco de comedia, nada está subrayado en exceso. Los personajes están empatados, algo que no siempre sucede. La mujer está muy lejos de la insatisfacción, de la histeria. Ella es una mujer honesta, como él”, agrega Morán.
Las preguntas, angustias, reflexiones y preocupaciones que asaltan a los protagonistas y que valientemente comparten, provienen más del tiempo vivido, de las incertidumbres sobre el porvenir que tiene cada uno de ellos, que de una crisis de pareja. Una historia que habla del amor en estos tiempos mediante un divorcio que los protagonistas no viven como un fracaso o una derrota, sino como un momento en el que dos personas deciden terminar algo y empezar de nuevo.
El amor menos pensado nos plantea preocupaciones, reflexiones y preguntas que se hace mucha gente que ronda los 50 años. ¿Qué pasa con el amor, con el deseo, con la pasión…? ¿Cómo sostener una pareja a lo largo del tiempo...? “Aunque cualquier persona que haya vivido una relación de más de 5 años sabe de lo que habla la película”, añade Juan Vera. Y es que el público se puede identificar, sino con los protagonistas, con alguno de los personajes secundarios, o ver reflejado a algún familiar o amigo en algunas de las historias paralelas.
De hecho, este film producido por Patagonik y Kenya Films, en la que Ricardo y Chino Darín, padre e hijo, trabajan junto a Federico Posternak y que se grabó en 7 semanas, se ha estrenado ya en Argentina cosechando un éxito de público de todas las edades.
Nora Askargorta