"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Diego Lerman conoce muy bien el estado emocional que atraviesan los cineastas cuando presentan películas a competición en un festival de la categoría del Zinemaldia. De hecho, no hay que retroceder mucho en el tiempo para encontrar recuerdos recientes en ese ‘otro lado’: Su último largometraje, Una especie de familia, ganó el premio al mejor guion en la pasada edición del Festival de San Sebastián, así como el premio a la mejor película en los festivales de Chicago y Miami.
“Lo que más me atrae de un nuevo realizador o realizadora es cuántos riesgos se atreve a asumir”
Lerman es uno de los cineastas referentes de su generación. Hasta el momento ha dirigido cinco largometrajes –de los cuales también es guionista y productor– que han recorrido los festivales más importantes del mundo, por lo que podríamos decir que está más acostumbrado a ser ‘víctima’ que ‘verdugo’. Ver cine es algo cotidiano en su vida, pero poder ver las películas en un marco como el de San Sebastián vuelve la experiencia aún más mágica y la está disfrutando mucho.
"Soy muy entusiasta con los nuevos directores y directoras. Es una sección que me resulta muy interesante. En una época en la que proliferan las producciones, la curadoría y el proceso de selección cobran un peso y sentido muy grandes. Aunque hay una parte de oficio que solo se adquiere con la experiencia, también hay algo en la frescura, la espontaneidad y el arrojo de la primera película que para mí siempre juega a favor. Este año en la selección de New Directors hay películas muy maduras que, al verlas, olvidas por completo que son de cineastas noveles”.
Para Lerman la generación actual tiene otro tipo de ventajas y desventajas si la comparamos con cuando él empezó hace 15 años. Hoy en día todo lo que quieran ver está a su alcance, pero, al mismo tiempo, la invasión de contenidos audiovisuales puede resultar indigesta cuando lo que se busca es depurar y perfilar una voz propia: “Lo que más me atrae de un nuevo realizador o realizadora es cuántos riesgos se atreve a asumir. Me interesan las propuestas en las que percibo que la búsqueda es más personal, cuando aflora algo genuino, en la mirada, en los desafíos y en las decisiones tomadas en cada momento. También está la suma de cosas, la combinación de factores que influyen en el proceso de creación. Hay una frase que a mí me gusta mucho de un profesor que tuve que nos decía siempre que ‘uno finalmente es el poeta que puede’”.
Consciente de la importancia que tiene el palmarés de cada edición para los cineastas y las películas galardonadas, le gusta pensar que las películas, más allá de los festivales, acaban encontrando sus lugares: “No creo tanto en esa cosa deportiva de que hay películas que ‘ganan’ y películas que ‘pierden’, sino que prefiero plantearlo como un ejercicio que tiene que ver más con buscar consensos. Somos cinco personas que coincidimos bastante en ciertos elementos más básicos sobre el cine y la apreciación. Obviamente, habrá matices, argumentaciones y charlas, pero siento que todas las personas integrantes del jurado vamos con ciertas cuestiones bastante cercanas en cuanto a gustos. Esto da mucha tranquilidad”.
Amaiur Armesto