"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Zabaltegi permite en una misma sección la convivencia de largometrajes, cortos, miniseries de televisión, filmes de ocho horas, instalaciones, ficciones, documentales o ensayos. Esta coexistencia es la tónica imperante en el paisaje audiovisual actual, pero en esta zona abierta del Festival se hace más evidente. Al documental sobre las actividades de Ingmar Bergman en 1957, la ficción televisiva de Bruno Dumont sobre quien es ahora Coincoin cuando antes fue Quinquin, el último Godard, los cortos de José Luis Torres Leiva y Jean-Gabriel Périot, la representación-ensayo sobre la guerra de las Malvinas, el viaje ideológico-hedonista de las protagonistas del film de Albertina Carri, el regreso del cineasta uruguayo Federico Veiroj o la particular reflexión en torno a la franja de Gaza a través de apps de contacto y websites que propone The Men Behind the Wall, sumemos en los últimos días del festival De natura, de Lucile Hadzihalilovic, y La casa lobo, de Cristóbal León y Joaquín Cocina.
Hadzihalilovic ganó el premio de New Directors con la absorbente Innocence, en 2004. Compitió en la Sección Oficial de 2015 con Évolution, un relato de mujeres, niños y seres anfibios que ganó el Premio Especial del Jurado y a la mejor fotografía. Con De natura, un corto de seis minutos, contempla el ciclo de la vida de una manera poética nada afectada. El film conserva ese tono misterioso que caracteriza a la realizadora y es a la vez una suerte de precioso bodegón viviente sobre la naturaleza, la infancia y los estados de ánimo.
La animación casa bien con la experimentación, y la producción chilena La casa lobo es buena prueba de ello. Narra la historia de una chica, una marioneta humana, que escapa de una secta religiosa y encuentra cobijo en una casa que reacciona, y de qué manera, a su presencia. La perturbación llega con el tratamiento del sonido y la dirección de arte, en un universo similar al de los hermanos Quay.
Quim Casas