Eugenia Mumenthaler nació en Argentina pero actualmente está afincada en Suiza, donde fundó su productora Alina Film junto a David Epiney en 2008. Licenciada en Antropología y Gestión y Políticas Culturales, trabajó también como asistente de conservación del Museo Etnográfico de Ginebra.

Pero su trayectoria profesional se ha centrado en la producción de películas apostando en muchas ocasiones por nuevos directores: “Produjimos el primer largometraje de Milagros Mumenthaler, Abrir puertas y ventanas, y participamos en Horizontes Latinos”. La película ganó el Leopardo de Oro del Festival de Locarno, el premio a la mejor actriz y el premio FIPRESCI, además del Astor de Oro del Festival de Mar del Plata. Pero hay más: “Venimos del Festival de Locarno muy contentos por haber ganado el Pardino d’Oro con el cortometraje Los que desean, que participa en Zabaltegi-Tabakalera”. Así que su visita al Festival este año lleva un ritmo frenético: “Aparte del corto estamos presentando también el primer largo de Elena, en el programa de residencias Ikusmira Berriak”, y sigue, “además, también formo parte del jurado de Horizontes Latinos”. Para ella, confiesa, “es un honor contar con la confianza que el Festival ha depositado en mí en una sección que para mí tiene un significado muy especial”.

Además de estos proyectos con Alina Film ha producido también el documental La clé de la chambre à lessive (2013), que tuvo su estreno mundial en el festival Visions du Réel, donde ganó el Grand Prix SSR. También coprodujeron los documentales Une jeunesse allemande (Zabaltegi 2015), de Jean-Gabriel Périot, que abrió la competición Panorama del Festival de Berlín 2015, y La substància (2016), de Lluís Galter, en coproducción con Lastor Media. Asimismo produjeron la segunda película de Milagros Mumenthaler, La idea de un lago (Horizontes Latinos 2016), que se estrenó en la competición oficial de Locarno, y Autour de Luisa (2017), de Olga Baillif, que compitió en la Mostra de Sao Paulo. Cuando le preguntamos por el Foro de Coproducción del Zinemaldia nos cuenta que es necesario para “presentar y situar los proyectos y, de esta manera ayudar en la evolución y el camino que debe seguir cada pieza”. Además “sirve para conocer a gente relacionada con nuestra profesión y eso es una oportunidad para abrir fronteras en el cine”.

Al hablar de la apuesta que hace el Festival con América Latina considera que “es la mejor vía para crear un vínculo entre Europa y los países latinos”, y añade que “aquí esta lo mejor de América Latina”.

Los tiempos están cambiando, la tecnología evoluciona y las salas de cine lo sufren. Sobre la situación del cine en la actualidad confiesa que “hay que asumir que ahora el cine se consume en todas las pantallas, grandes y pequeñas, con las nuevas plataformas que están surgiendo. En nuestro caso, que nos enfocamos en el cine de autor, es diferente porque vamos creando nuestro público y buscando nuestros nichos específicos”. Su discurso es, sobre todo, esperanzador: “Cada vez es más difícil hacerse notar, pero eso es lo más importante para que el cine no muera, que los que amamos nuestra profesión sigamos creando historias para los que nos ven”.

María Aranda