"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Antonio Banderas recibió el Premio Nacional de Cinematografía en la 65 edición del Festival de la mano del ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo. La sala Prisma de Tabakalera fue el escenario escogido por los responsables del Ministerio de Cultura para la ceremonia de entrega del Premio, fallado el pasado mes de julio, “por ser un cineasta con una trayectoria extraordinaria a nivel nacional e internacional, que ha abierto el camino para muchos actores y actrices españoles. Su compromiso tenaz con el cine como actor, director y productor le hace merecedor de este premio”.
A Antonio la noticia le llegó de manera totalmente inesperada, y fue un gran estímulo intelectual y físico por el que se siente profundamente agradecido. Arropado por grandes amistades, han sido Paz Vega y Carlos Saura –con quien trabajará en breve en torno a la figura de Picasso– quienes le han dedicado unas emotivas palabras a este malagueño que con 21 años llegó al Madrid efervescente de los 80, con una maleta, 10.000 pesetas en el bolsillo y un sueño
Carlos Saura cerraba su breve intervención recordando que “Antonio es el ejemplo de que se puede hacer cine en España, fuera de España y en cualquier parte”. El ministro, por su parte, tras confirmar que habrá una bajada del IVA del cine en 2018, ha querido destacar la determinación y arrojo de Antonio desde los duros inicios cuando cosechaba reveses, hasta que se unió a la compañía de Teatro Nacional y entró en el reparto de “La hija del aire” de Calderón de la Barca. Pedro Almodóvar y Cecilia Roth le vieron actuar y le ofrecieron un papel, catapultando el despegue de una imparable carrera llena de retos como el salto a Hollywood, donde para su primer proyecto (Los Reyes del Mambo tocan canciones de amor, 1992) Antonio memorizó el guion fonéticamente porque no sabía hablar inglés. No en vano, Paz Vega resaltaba que “con Antonio hemos aprendido que no hay límites, hemos aprendido a soñar”.
Si hay algo que todos repetían es su carácter luchador, su amor por el cine y la cultura, y su fuerte arraigo por su tierra. El propio Antonio ha subrayado su compromiso y entrega: “Yo he hecho todo, he tocado todos los estilos y todos los géneros. Siempre me pareció que esa debía ser la función del actor, el tener la capacidad de contar historias desde el humor, las lágrimas, la emoción o la reflexión”.
Antonio ha iniciado su discurso recordando su primera visita al Festival de San Sebastián, en 1982, con Laberinto de pasiones, cuando las reacciones encontradas entre quienes salían indignados y quienes aplaudían exaltados tras la proyección de la película, le fascinaron: “Pensé entonces que eso era el cine, algo que podía levantar todas esas pasiones diferentes”. Poco antes de acabar, añadía que para él “el cine tiene un alma propia, rebelde, vivible, que reclama su propia autonomía. Un alma que no pertenece a nadie y puede ser usada por todos aquellos que simplemente tengan algo que decir”.
AMAIUR ARMESTO