"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hirokazu Kore-eda, viejo conocido del Festival, regresa a la sección Perlas (donde ya ganó en dos ocasiones el Premio del Público) para presentar The Third Murder, su primer thriller. Pese al aparente cambio de registro que emprende con esta película, en ella hay elementos muy reconocibles del singular punto de vista de su director que, a buen seguro, cautivarán a la legión de incondicionales que mantiene entre la audiencia donostiarra.
Esta es la primera vez que se aventura en los procelosos mares del thriller. ¿Es este un género que le interesa especialmente?
Tenía ganas de hacer una película ambientada en el mundo de los tribunales y esta historia me ofrecía esa posibilidad. Dicho lo cual no estoy muy seguro de que The Third Murder sea un thriller en un sentido estricto, ni siquiera una película de suspense, como han apuntado algunos. Es verdad que hay una trama criminal, pero a medida que avanza la acción hay más preguntas que respuestas. Como tal, lo menos relevante es saber la identidad del asesino.
Justamente la película plantea las dificultades que conlleva llegar al fondo de los acontecimientos ¿Cree que en esta sociedad estamos demasiado obsesionados con conocer la verdad?
Antes de rodar la película me documenté hablando con muchos abogados y uno de ellos me dijo una frase que no he olvidado: “Un tribunal de justicia es el lugar menos indicado para conocer la verdad, allí lo que se dirime son otras cosas”. Yo creo que es inútil obsesionarse con buscar la verdad, más que nada porque las cosas no son de una sola manera. Pero eso equivaldría a reconocer nuestros límites, nuestras incapacidades y no es fácil.
¿Asume que The Third Murder es una película que puede interpretarse en clave política al hilo de los pactos de silencio y las negociaciones bajo cuerda que parecen dominar las estrategias de gobierno en el mundo actual?
Sí, claro. Digamos que la película aborda una serie de cuestiones de manera directa, cuestiones referentes a temas como la pena de muerte o las diferencias que existen entre conceptos como ley y justicia. Pero en segundo término he querido introducir una serie de reflexiones más ambiciosas sobre cómo, en muchas ocasiones, ante unos hechos que generan incomodidad, la sociedad prefiere pasar página y mirar para otro lado antes que afrontarlos.
En la película los encuentros entre quienes están a uno y al otro lado de la ley están filmados de manera ambigua, de tal modo que sus rostros tienden a confluir dando a entender que nadie está legitimado para juzgar lasacciones de sus semejantes.
Sí, esa era la idea. Quise que hubiera un acercamiento psicológico y emocional entre los personajes, de tal modo que se fueran encontrando e influyendo mutuamente. Esos encuentros generan cambios en ellos y al final confluyen en un espacio común porque, más allá del lugar que ocupen, todas estas personas tienen los mismos problemas.
Muchos han destacado que esta película marca un cambio de registro muy acusado en su filmografía ¿Es consciente de ello?
Yo empecé realizando documentales y nunca he creído que eso me llevase a merecer la consideración de documentalista ¿Qué quiero decir con esto? Pues que me choca un poco cuando se refieren a mí como un cineasta especializado en abordar temáticas familiares o en explorar la mirada de la infancia.
JAIME IGLESIAS