"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Los directores Félix Viscarret y Carlos Saura no se conocían antes del rodaje del documental Saura(s). Esa misma circunstancia es la que ha hecho posible el film que anoche se estrenó en Tabakalera. El documental fue un encargo de Cineastas Contados, un proyecto que busca abrir un diálogo generacional en el que directores jóvenes rinden homenaje a grandes maestros del cine.
Viscarret quería conocer a Saura y realizar un retrato fílmico que indagara en su faceta más privada. Se le ocurrió que la mejor manera sería hacerlo a través de sus 7 hijos. “Le pillé en algún momento vital muy bonito porque estuvo siempre muy a favor, desde el principio”, comentael director navarro, y añade: “Es algo necesario demostrar que los directores de nuestra generación no surgimos como setas; hemos prendido y disfrutado mucho de los directores que nos preceden y es justo que les devolvamos ese agradecimiento”.
Viscarret sedujo a Saura, pero no fue todo un camino de rosas. El rodaje resultó un tira y afloja en el que ambos se divirtieron y aprendieron mutuamente. “Si no hay conflicto no hay drama, si no hay conflicto no hay narración”, explica el director de la cinta. Saura no es amigo de mirar al pasado. A sus 85 años asegura que “el cine son aventuras que se van dejando en la vida” y de las que no vale la pena preocuparse. Según Viscarret, hay una lección muy vitalista en esta actitud: “Saura se mantiene siempre tan creativo porque no pierde el tiempo con el pasado”. Pero es ahí mismo donde radica el conflicto entre los directores: uno que intenta revelar un enigma y el protagonista que defiende a zarpazos su intimidad. “La película es el intento de un director de acceder a un misterio: ¿Quién es Carlos Saura? ¿Cómo compagina su creatividad, su vocación y su familia?”.
Saura no oculta una sonrisa al dar la réplica al director del documental: Yo siempre he pensado que todas las personas ocultan cosas, y que esas cosas son tan secretas, tan personales, que pertenecen a una sola persona y no hay por quécontarlas”. Ese pudor es interpretado por Viscarret como un rasgo del profundo sentido de humildad y modestia del maestro aragonés.
JUGAR, VIVIR, IMAGINAR
Viscarret alberga la esperanza de que el espectador aprecie que no hay una sola verdad en el documental. “La película es más interesante cuando no solo hablamos de su obra y lo hacemos también del concepto de paternidad, del paso del tiempo, de cómo encaramos cada uno los años, o del legado que transmitimos a nuestros hijos”, asegura el director de Bajo las estrellas. Cada espectador puede ver la película y sacar sus conclusiones. Y Saura, juguetón, comparte al vuelo la suya: “Es un error decir que esta película es un documental; es una película de ficción, muy creativa por su parte. Esa idea me gusta mucho: Todo es mentira. Saura es pura invención”.
En opinión de Viscarret, hay una parte de aventura y de juego en Saura que es admirable. “Estamos hablando de un genio de 85 años que en cada rodaje se está arriesgando. El estar flexible a la improvisación, al juego, eso es una gran lección vital que quiero interiorizar”.
La próxima aventura de Saura se desarrollará en México donde el año que viene rodará El rey de todo el mundo, un musical “con argumento”. Y después retomará un viejo proyecto que, una vez reescrito, materializará junto a Antonio Banderas: Picasso y el Guernica.
IRENE ELORZA