"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La actriz Pauline Étienne (conocida por su participación en la serie “Oficina de infiltrados”) fue muy precisa a la hora de definir a su compañero de reparto Jean-Pierre Léaud como “un monumento cinematográfico”. Y Le Lion est mort ce soir, película que clausuró ayer la selección de películas a concurso, dirigida por el japonés Nobuhiro Suwa, bien puede ser asumida como un intento de dar lustre a dicho monumento. La película, de hecho, es un tributo a Jean-Pierre Léaud, a ese aura mítica que, para el cinéfilo de pro, conserva el actor
fetiche de Truffaut, el Antonie Doniel de Los 400 golpes quien, en esta ocasión, encarna a un actor que no tiene muy claro cómo interpretar su propia muerte quizá porque, sobre su rostro pesa la condición de inmortal.
Léaud, que es principio y fin de la película, lo fue también de la rueda de prensa que siguió a la proyección del film, erigiéndose en protagonista indiscutible de la misma. El actor no se privó de hacer un resumen pormenorizado de su filmografía, salpicado de loas continuadas a Truffaut (al que se refirió en varias ocasiones como “mi padre cinematográfico”) y que culminó explicando las dificultades que le planteó su papel en La muerte de Luis XIV a las órdenes de Albert Serra. Sobre su participación en Le Lion est mort ce soir, explicó que “Nobuhiro Suwa tiene una técnica tan sencilla como decir hola. A la hora de rodar, casi sin preparar nada, ya te está gritando ‘acción’ y tú, como actor, tienes que responder rápido”. El intérprete confesó que el cineasta nipón le obligó a improvisar mucho y que muchas de las frases y situaciones que vive su personaje son aportaciones personales del actor a requerimiento de Suwa: “Un día me situó ante el espejo y me pidió que improvisase algo. Entonces me lancé a buscar la presencia de la muerte en mi propio reflejo. Si ese tema está en la película es por mí”. El director japonés corroboró dicha apreciación manifestando que “a mí la muerte me interesa como circunstancia vital, como una manera de reafirmarme en lo hermoso que es el existir”.
UNA MIRADA INFANTIL
Le Lion est mort ce soir es un film que contiene una película dentro de otra película ya que el propio Jean, actor, es requerido por un grupo de niños que están filmando una historia. Nobuhiro Suwa confesó que este grupo de jóvenes con los que interactúa Léaud fue seleccionado entre varios centros de formación cinematográfica para niños que hay en el sur de Francia: “Con ellos reproduje el trabajo que hago en Japón con alumnos de rimaria
impartiendo talleres de cine a lo largo de tres jornadas. En un día les hago escribir un uion, en otro rodar algo, y el tercer día montarlo. Es muy estimulante. En este caso les dije: ‘aquí va a haber dos películas, la que hago yo y la que vais a hacer vosotros’ y lo cierto es que respondieron maravillosamente”. Cuestionado sobre el hecho de cómo fue trabajar con niños, Jean Pierre-Léaud volvió a tirar de currículum: “¿Qué puedo decir? Yo empecé mi carrera siendo un niño cuando protagonicé Los 400 golpes. Lo cierto es que fue muy estimulante porque como, además, mi esposa es maestra, pude recurrir a ella para preparar escenas de cara a interactuar con ellos”.
JAIME IGLESIAS