"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Lai Kuo-An es un experimentado publicista, con más de un centenar de anuncios realizados para televisión en Taiwán y China, que también ha participado en la producción de varias películas. Poder dirigir un largometraje era un sueño siempre presente para él. Sus años en publicidad, además de proporcionarle estabilidad económica, le aportaron una cultura audiovisual muy útil para su vocación cinematográfica.
Para la preparación del largometraje que presenta estos días en San Sebastián, se embarcó primero, a modo de ‘campo de pruebas’, en la teleserie de un amigo donde pudo aprovechar para perfilar su estilo narrativo antes de dar el salto con su proyecto personal.
Lai Kuo-An estaba cuidando de su padre – enfermo de cáncer– mientras escribía esta película. Quiso enriquecer el guion con reflexiones derivadas de sus vivencias personales, en las que resalta su mensaje principal latente: “Independientemente del momento en el que nos encontremos en la vida, incluso cuando estamos sometidos a mucha presión, hay que mirar al futuro, pero sin olvidar los mejores recuerdos de infancia”. A partir de esta premisa, nos invita a reflexionar en torno a la familia, con tres tramas principales: un abuelo enfermo, una pareja en vías de separación, y el hijo pequeño de éstos que dice tener otros padres de una vida anterior a los quiere encontrar y relata constantemente recuerdos muy precisos de su vida anterior con ellos.
El director afirmaba no estar nervioso de cara a las proyecciones en el Festival, “porque todo lo que yo quería expresar, está en la película”. Confesaba, eso sí, sentir cierta curiosidad por ver la reacción de la audiencia, ya que aunque hay puntos comunes donde la empatía está garantizada como es el caso de la reflexión en torno a los cuidados de nuestros mayores, este cineasta considera que hay otros elementos de la película que obviamente no serán comprendidos de la misma manera aquí en San Sebastián: “Lo bonito del cine es que dentro de la película, hay muchas otras películas y cada persona entenderá cosas diferentes a partir de un mismo material”. En esa disparidad de entendimientos y opiniones radica lo maravilloso del cine, su poder de traspasar lo local, para ofrecer un mensaje en un plano universal”.
A Fish Out of Water aterrizaba ayer en San Sebastián para su estreno europeo, tras su paso por el Festival de Cine de Toronto. Podrá verse hoy a las 12 en el K2 del Kursaal y en la sala 6 de los cines Antiguo Berri.