"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Martin McDonagh debe su prestigio, sobre todo, al medio escénico. Reputado dramaturgo, obras como “La reina de belleza de Leenane” o “El cojo de Inishmaan”, escritas en los años 90, le pusieron en el mapa. En ellas, McDonagh evocaba los ambientes opresivos que marcan el día a día de pequeñas comunidades y los vínculos de solidaridad y rencor que articulan la convivencia entre quienes las pueblan. Unos temas que están también presentes en Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, su tercer largometraje como director: “Supongo que este tipo de escenarios están en mi subconsciente. Son ideales para enmarcar en ellos conflictos que, en esencia, son universales. No obstante, esta historia solo tenía sentido en la América profunda” comenta el director angloirlandés sobre su película que, con carácter provisional, va liderando las votaciones del Premio del Público.
McDonagh justifica esta decisión en que “soy un enamorado del cine americano y singularmente del western. En este sentido, me apetecía rodar una historia icónica sobre un personaje fuerte que se enfrenta a los recelos de habitantes de todo un pueblo, con la singularidad de que quería que ese personaje fuera una mujer”.
Ese personaje, interpretado por Frances McDormand, fue el punto de partida para un guion que el director tuvo listo en apenas seis semanas y donde se tocan temas como el racismo, el machismo o las injusticias sociales: “Sí, es cierto, pero son asuntos tangenciales a la trama principal. No quisiera que la película se asumiera en clave política pensando que es una crítica a la América de Trump, sobre todo porque el guion fue escrito hace ocho años”. El peculiar sentido del humor que impregna la película también forma parte de la singularidad de Martin McDonagh como autor: “No entiendo la vida sin humor. Es más, yo creo que nos ayuda a tomar distancia de los acontecimientos más trágicos. Nos permite relativizarlos. Teniendo en cuenta que el inicio de la película era tan duro, tan trágico, quería que el tono general estuviese más apegado a la realidad”.
El director también explicó haber escrito el guion “con el rostro de Frances McDormand en mente. Es la mejor actriz de su generación y encima parece una persona real. Tiene ese trasfondo de clase obrera que le iba muy bien al papel. Lo mismo me ocurrió con Sam Rockwell; transmite una humanidad que era muy importante de cara a que su personaje no se quedase en un cliché del típico paleto blanco racista y violento. No podía haber hecho esta película con otros actores”.
JAIME IGLESIAS