"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Con su segundo largometraje, Az én XX. századom (1989), esta directora húngara se hizo con la Cámara de Oro del Festival de Cannes. Tras una intermitente carrera este año ha regresado con fuerza con On body and Soul, que le hizo acreedora del Oso de Oro en la Berlinale.
En Berlín dijo que su deseo había sido hacer una película simple, tan simple como un vaso de agua.
Quería que el espectador volcase todos sus sentidos en los pequeños detalles que atesora el film. En Berlín, por ejemplo, me dio mucha satisfacción comprobar la reacción del público al ver a la protagonista en una situación de peligro. Me hizo sentir que había logrado que el espectador empatizase con mis personajes.
Pero ¿no es ir un poco a contracorriente habida cuenta de que el cine que parece funcionar va hacia los grandes temas y hacia narrativas laboriosas?
Es un riesgo, qué duda cabe, y no solo en lo referente a encontrar financiación hecho, cuando tuve terminada On Body and Soul pensé que ningún festival se dignaría a programarla. Mi sorpresa fue que Berlín la escogiera para su Sección Oficial y que antes de recibir el Oso de Oro hubiera hasta 52 países interesados en comprar el film.
¿Hasta qué punto con esta película ha pretendido dignificar a aquellos que llevan una vida aparentemente gris, esos perfiles que rara vez resultan interesantes en el cine?
Todas las personas somos maravillosas y cada cual está legitimado para sentirse el centro del universo. Dicho esto, lo más difícil fue encontrar la belleza que hay en esa existencia anodina que parecen llevar los dos personajes protagonistas. Es complicado hallar tensión narrativa en situaciones cotidianas.
Es curioso que estos personajes conecten a través de sus sueños. Yo creo precisamente que son nuestros sueños lo que nos une, el subconsciente es como un espacio subterráneo donde todos estamos conectados mientras que en la superficialidad del mundo nos vamos alejando los unos de los otros.
El humor de la película es producto de la perplejidad que tienen en la mirada estos seres al confrontarse con la realidad ¿Esa mirada también es la suya?
Totalmente. A menudo siento estar viviendo situaciones irreales. Por ejemplo, mientras estoy aquí hablando con vosotros no puedo dejar de pensar en cómo recordaré esta situación en un futuro.