"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Comentaba ayer Ulises Porra, co-director de Tigre, que se habían sentido muy bien recibidos en el estreno europeo de su primer largometraje: “Íbamos felices, con mucha ilusión, y la sala y el público colmaron nuestras expectativas”.
La película transcurre íntegramenteen una isla del Delta del Tigre, una zona que tiene la peculiaridad de ser completamente salvaje, a pesar de que se encuentra relativamente cerca de Buenos Aires. Hace 10 años Silvina Schnicer, co-directora y guionista del film, estuvo allí de vacaciones y le cautivó tanto el lugar que empezó a escribir una serie de relatos localizados en esa región. Con el tiempo los fue perfilando y tomaron forma de guion. Ahí arrancó el proceso de desarrollo de la película que ahora presentan en el Festival.
Decidieron grabar un cortometraje para poner a prueba gran parte de los retos que tendrían que afrontar en el rodaje del largo, no solo en los encuadres y localizaciones, sino cuidando otros aspectos como el diseño sonoro. “Cuando te adentras en el Tigre, tienes la sensación de que el tiempo cambia”, explicaba Ulises. Uno de los objetivos para la película era plasmar la atmósfera envolvente, y conseguir esa distorsión de la percepción del tiempo y la realidad que ofrece esta región.
Los productores Bárbara Sarasola- Day y Federico Eibuszyc conocieron a Ulises y Silvina a través de amigos comunes. Tras leer el guion, decidieron embarcarse con ellos en esta aventura que se presentaba difícil por las localizaciones y la cantidad de personajes que completaban el reparto, “porque sobre todo era un proyecto atractivo”. Ulises, Bárbara y Federico coinciden en que fue un rodaje inmersivo. Todo el equipo estuvo viviendo in situ, lo que permitió que se empapasen aún más de la cultura del Tigre. “En un momento surgió el debate de si grabábamos los interiores en otro lugar más accesible, pero de manera unánime decidimos que nos íbamos a quedar ahí y permitir que nos pasasen cosas. Eso nos regaló momentos increíbles como la inundación que aparece en la película”.
Tigre es una película, según su propio director, “difícil de definir” que se asienta en dos pilares clave. Por un lado, los personajes femeninos han sido desarrollados a conciencia para que en su conjunto ofrezcan un equilibrio entre mujeres muy diferentes en cuanto a generaciones y registros: “En la constelación de mujeres presentes en la película, todas ellas se explican a sí mismas a través de sus relaciones”. Por otro lado, el film se articula en torno a la incapacidad de comunicarse. Los personajes no se perdonan, no se permiten la subjetividad del otro: “La hipótesis principal de la película es que el individuo se explica a través de los otros”, resumía Ulises.