"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Dijo ayer Antonio Banderas, que recibía el Premio Nacional de Cinematografía, que la de Paz Vega es la sonrisa más bonita del cine español. Halagada, la actriz sevillana quiso reconocer los méritos del malagueño, muy especialmente por lo que ha conseguido a la hora de derribar muros para los intérpretes españoles. Para ella, Antonio Banderas es alguien que se ha convertido en un modelo a seguir y que ha abierto un camino que ella misma ha transitado trabajando a ambos lados del Atlántico.
Por eso mismo, el hecho de recibir este premio Jaeger-LeCoultre al cine latino significa algo que hace especial ilusión a Paz Vega, cuya relación con América Latina viene de largo. Allí ha tenido la oportunidad de trabajar en diversos proyectos (especialmente en México), y es un continente con el que le unen muchos lazos profesionales y afectivos.
La actriz se siente realmente afortunada por la suerte que ha tenido en su carrera. Desde que visitó el Zinemaldia por primera vez presentando Lucía y el sexo de Julio Medem, la película que la colocó en primera línea del panorama cinematográfico español, Paz Vega ha trabajado dos veces con Pedro Almodóvar, en Hable con ella y Los amantes pasajeros, ha sido la Carmen de Vicente Aranda, ha protagonizado éxitos tan notables del cine español como El otro lado de la cama de Emilio Martínez Lázaro, y ha dado el salto para trabajar con directores de otros países, como el americano James L. Brooks en Spanglish, o el bosnio ganador de un Oscar Denis Tanovic, en Triage. Por citar sólo algunos ejemplos entre otros muchos proyectos nacionales o internacionales.
Esta dimensión internacional en la carrera de Paz Vega conecta con los cambios que se vienen produciendo en los últimos tiempos en los modos de producción, siendo cada vez más habitual que las películas sean coproducciones entre varios países. “Yo creo que eso es bueno porque aporta diferentes puntos de vista dentro de una misma película, y todo suma. También da más visibilidad a cada proyecto”, afirmó.
Pero a pesar de su ya dilatada experiencia y la diversidad de proyectos en los que ha participado, Paz Vega sigue manteniendo intacta su capacidad de sorpresa y confiesa que se sigue poniendo nerviosa con cada proyecto igual que al principio: “Me sigo sorprendiendo por todo. En esta profesión, cada paso que das es como si fuera el primero”.
Muy dedicada últimamente a la televisión con series como “La hermandad” o “Perdóname señor”, sus proyectos pasan inmediatamente por seguir trabajando en este medio, que es en el que al fin y al cabo empezó trabajando y le dio a conocer. Por eso no sorprende que sea una entusiasta defensora del formato: “La televisión ya no es el hermano pequeño del cine. Ahora tiene mucha fuerza y se están haciendo cosas muy potentes. Estoy agradecida por volver ella”. Y por eso aprecia la audacia que el Zinemaldia está mostrando al olver su mirada hacia las series de televisión e incluirlas en secciones competitivas. “Me encantará volver a San Sebastián presentando un nuevo proyecto, y eso puede ser una película o… ¡una serie!”.
GONZALO GARCÍA CHASCO