"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hace tres años el Festival de San Sebastián acogió la presentación de ‘Cineastas contados’, una serie de largometrajes inspirados en la mítica producción francesa ‘Cinéastes de Notre Temps’, donde jóvenes directores rendían su particular homenaje a cineastas veteranos acercándose a la singularidad del personaje retratado y a su universo creativo. La primera entrega de esta serie fue la película La décima carta, en la que la directora Virginia García del Pino se aproximaba a la figura de Basilio Martín Patino, recientemente fallecido. Ahora el turno es para Félix Viscarret, autor de Bajo las estrellas y Vientos de la Habana (película esta última proyectada durante la pasada edición del Zinemaldia), quien a la hora de rendir tributo a un director de contrastada trayectoria ha apostado por un clásico sin discusión: Carlos Saura.
La pregunta que de inmediato le surgió a Viscarret fue como aproximarse a esta leyenda viva del cine sin incurrir en el tópico laudatorio. Fue entonces cuando J.I. pensó que lo mejor sería mostrar al cineasta en su intimidad manteniendo conversaciones con sus siete hijos. Ese retrato polifónico justifica el título del documental que Viscarret presenta estos días en San Sebastián: Saura(s). Tanto el director aragonés como sus descendientes aceptaron encantados el desafío, pero durante las primeras aproximaciones que Viscarret llevó a cabo sobre el cineasta, enseguida descubrió que Carlos Saura dista mucho de ejercer de vieja gloria, de hecho el director de La caza, Ana y los lobos o Flamenco no disfruta hablando del pasado, lo que le gusta es vivir el presente, ya sea pintando o ejerciendo de fotógrafo, su primera y nunca abandonada vocación. De este modo, Saura( s) termina por ser un retrato del pulso cordial que se da entre ambos cineastas, entre el autor y su objeto de representación, que paradójicamente ejerce también de creador.
Entre las motivaciones que llevaron a Félix Viscarret a aceptar sumarse al proyecto de ‘Cineastas contados’ está el deseo de “Mostrar a las nuevas generaciones de dónde vienen las películas más importantes de los últimos años de las que todos bebemos.
J.J.