"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La periodista y crítica especializada en cine y audiovisuales, Eulàlia Iglesias Huix, conoce bien Donostia como enviada especial de la revista “Caimán-Cuadernos de Cine”, para la que ha cubierto el Festival durante muchas ediciones, con dedicación especial a las secciones de Nuev@s Director@s y Zabaltegi, los espacios, desde su punto de vista, más atractivos. “Son las secciones donde se pueden hacer los descubrimientos más interesantes y, quizás porque no reclaman tanto la atención, presentan películas más radicales y son las más propicias al riesgo y a pequeños grandes descubrimientos”.
Eulàlia Iglesias integra este año el Jurado de la sección Kutxabank-Nuev@s Director@s, junto al director del Festival de Locarno, Carlo Chatrian, el realizador chileno Pablo Álvarez, la guionista británica Isabel Stevens y la actriz portuguesa Victória Guerra. Para ella, “ser jurado es sobre todo la oportunidad de valorar las 16 películas en conjunto con otras personas, porque a mí me interesa mucho la idea de discutir el cine: decidimos entre cinco y entramos en debates que nos permiten poner en común y ampliar la visiones de cada película para después buscar un consenso”. Sobre los fi lmes que han visionado hasta el momento, asegura estar detectando “una cierta madurez en muchos cineastas que, aunque esta sea su primera o segunda película, se adentran en el cine con unos conocimientos a nivel narrativo y técnico que les permite tomar ciertos riesgos, lo que para mí es lo más interesante en un cineasta joven”.
Iglesias, también profesora universitaria en Tarragona, colaboradora regular en varias publicaciones especializadas y asesora del Festival Internacional de Cinema d’Autor, subraya que es precisamente el riesgo y la frescura lo que reclama en una primera película: “No importa tanto que no sea del todo redonda, como que denote esa energía y esa frescura propia de lo que debe ser un cine joven, al que se le permite arriesgarse y equivocarse”.
Como ejemplo, Iglesias menciona The Lesson, ganadora de esta sección en 2015 y dirigida por Kristina Grozeva y Petar Valchanov, representantes a su juicio de la nueva cinematografía búlgara, “una de las más potentes del cine del Este europeo.” No solo Bulgaria, que ganó en Locarno, y donde Grozeva y Valchanov presentaron con éxito su nuevo trabajo; también Rumanía que, diez años después de la Nueva Ola del cine rumano, no ha perdido fuelle y nos trae películas como Sieranevada”.
A su juicio, son las cinematografías de los países del antiguo bloque comunista las que están agitando el panorama del cine europeo actual. “Hacen películas bastante duras e implacables al retratar la realidad de sus propios países, pero en las que se nota la tradición de escuelas de cine estatales, algunas famosas y de larga tradición”. El festival de Karlovy Vary en Chequia sería a su juicio el principal escaparate de estas cinematografías, el Cannes de los países del Este: “Afortunadamente, casi todos los grandes festivales, no solo San Sebastián, tienen ya una sección alternativa dedicada al cine nuevo y emergente, lo que permite que se pueda ver más cine del que se hace no solo en el Este, también en Israel, en Palestina o en Colombia. A este respecto, Iglesias subraya que “en España hay que agradecer a distribuidoras independientes como Golem, Avalon o Caramel, que estrenan títulos de cinematografías menos evidentes y hacen el esfuerzo de traernos películas que se escapan de lo comercial”.
PILI YOLDI