"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El primer largometraje del venezolano Rober Calzadilla recrea en el cine los hechos ocurridos en 1988 en El Amparo, un pueblo en la frontera entre Venezuela y Colombia, cuando soldados venezolanos mataron a 14 pescadores alegando que eran guerrilleros. Dos de ellos sobrevivieron, pero los responsables quedaron impunes. En 1995, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado venezolano, que reconoció su responsabilidad pero, aunque compensó a las víctimas, nunca condenó a los culpables.
Los hechos de El Amparo marcaron a toda una generación, la de Rober Calzadilla, que entonces era un muchacho de 11 años. “Esta página negra de nuestra historia reciente me marcó en la transición de ser niño a adolescente”, recuerda. “En ese momento seguí la noticia tan perdido como los personajes tratando de entender qué estaba pasando. Aquello se me grabó dentro, porque eran como mis familiares y como nosotros mismos, y la rabia al ver la vulnerabilidad de cualquier persona se me quedó escrita: hay un poder que, cuando lo decida, puede acabar con una persona, y esa gente tan vulnerable podríamos ser cualquiera de nosotros. Fue un despertar para mí, que estaba entrando en un mundo adulto y que ya percibía como bastante cruel”.
Pasados los años, Rober Calzadilla, que además de cineasta es actor, pudo entrevistar directamente a los dos supervivientes y decidió narrarlo. Con su compañera Karin Valecillos escribió el guion de la obra de teatro “29.10.88” sobre estos hechos, que su grupo Tumbarrancho Teatro representó en los escenarios, y ése fue el punto de partida que daría lugar a esta película, explica.
Los actores son profesionales y compañeros del grupo de teatro, como Vicente Quintero, Giovanny García, Vicente Peña, Samantha Castillo, Rossana Hernández, Tatiana Mabo y Aura Rivas y, junto a ellos, intervienen también los propios habitantes de El Yagual, el pueblo donde se grabó el largometraje y se recreó El Amparo. “En realidad, nosotros lo que hacemos es la reconstrucción del hecho desde nuestra memoria de niños”, añade. “Las primeras escenas comienzan con una visión lo más despojada posible de la realidad y la película se va haciendo más compleja y abrumadora, como la masacre misma”.
La producción de El Amparo –que también estuvo en Cine en Construcción 2015– corre a cargo de Marianela Illas, de Tumbarrancho Films, y de Rubén Sierra, de Películas Prescindibles, que –en palabras del director– han hecho un trabajo no solo de finanzas, sino también de “productores creativos”. La película se presentará próximamente en Biarritz en el Festival de América Latina y después en Bogotá. Para su presentación en Venezuela, el director está tratando de organizar una proyección en El Amparo, el lugar de los hechos, con el fin de que sus habitantes sean los primeros invitados al estreno en su país.
PILI YOLDI