"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Tras presentar las magníficas La muerte del señor Lazarescu y Aurora en la sección Una Cierta Mirada de Cannes, Cristi Puiu accedió con Sieranevada a la primera división del certamen francés: la Sección Oficial. Un ascenso que no parece haber amedrentado al cineasta rumano, que vuelve a entregar una deslumbrante obra de ingeniería fílmica: todo precisión, pura geometría narrativa y escénica.
En Sieranevada, presentada en Perlas, el absurdo campa a sus anchas en los intentos de un clan familiar por sentarse a la mesa para conmemorar el fallecimiento del padre, como si una fuerza esotérica –en plan El ángel exterminador– embrujara a esta tribu pequeñoburguesa. Así, durante casi tres horas de metraje, nos adentramos, en plano secuencia, en un microcosmos familiar que se revelará como un expansivo escaparate de numerosas áreas de la vida y el pensamiento: la violencia social, la memoria personal e histórica, el sino familiar, la fuerza de los dogmas...
Detallista retrato de la sociedad rumana, Sieranevada navega por múltiples senderos expresivos: (des) organiza el absurdo cotidiano a la manera de Berlanga, tensa el relato como Haneke, abre y cierra puertas con el brío de Lubitsch, y es capaz de desvelar secretos de un matrimonio con la inteligencia de Bergman. A la postre, resulta escalofriante imaginar el esfuerzo invertido por Puiu en la escritura y puesta en escena de esta compleja sinfonía de rituales y aflicciones.