“Ayer me crucé con un gran amigo y me dijo que solo en la cara ya se me notaba que no había venido a San Sebastián a presentar una película sino a realizar una labor muy diferente y que me está encantando”. Con el positivismo que le caracteriza, la productora de cine Esther García, ganadora de cinco premios Goya, ha acogido con agrado el papel de jurado en la Sección Ofi cial. Aun así, la productora no oculta la difi cultad y exigencia que para ella supone el puesto. “Es una responsabilidad agradable”, dice.
La experiencia está siendo más atractiva todavía gracias a la buena conexión que ha tenido con el resto de miembros del Jurado. “Nuestro primer encuentro ha sido muy amable, todos tenemos una sensibilidad parecida y amamos esta profesión”. García está disfrutando mucho escuchando los comentarios de sus compañeros y debatiendo con ellos. “El ejercicio de análisis que hacemos tras las proyecciones es interesantísimo. Me encantaría tener tiempo para poder hacerlo más a menudo en mi día a día”.
Dada su profesión, estar ocupada es un “hábito” que tampoco ha podido evitar durante estos días, y más teniendo en cuenta que su productora ha presentado en Sección Oficial pero fuera de concurso la película Manda huevos: “Tengo que agradecer a mi equipo de Madrid y a los que se han desplazado aquí porque me están ayudando a mantenerme alejada de mis quehaceres diarios. Así solo les dedico un poco de tiempo por la mañana temprano antes de salir a pasear. La verdad es que estoy contenta por cómo me estoy organizando”, asegura con naturalidad.
Este año el puesto de jurado le ha dado visibilidad dentro del Festival, pero normalmente su trabajo no es tan perceptible para la gente de la calle. “Pienso que los productores tienen un lugar lo sufi cientemente visible. Los directores son los dueños intelectuales de las obras y son ellos los que deben defenderlas de cara al público”. Aun así, García piensa que cada vez hay más productores mediáticos porque la sociedad es consciente de la importancia de su labor. “Sea como fuere, yo estoy cómoda en esta posición”.
Lejos de lo que pueda parecer, García considera que la profesión de productor de cine también tiene su parte creativa, “especialmente en dos apartados, uno en la elección del guion a producir y otro en el momento de optimizar los recursos que tienes para que el proyecto llegue a buen puerto”. La productora reivindica así el papel del guion. “Es el punto de partida de todo, si éste no es bueno, lo demás no funciona”.
Mi vida sin mí, Acción Mutante, Relatos Salvajes son algunos de los títulos que dejan patente el buen olfato o importancia que ella da a la elección del guion. Y es que aunque García es conocida por los trabajos que realiza junto a Almodóvar, desde El Deseo, productora a la que pertenece, también ha podido trabajar con muchos realizadores emergentes o que lo fueron en su día como Álex de la Iglesia, o más recientemente, Damian Szifron.
LA LOCURA DE UN RODAJE
Como ellos, García también tuvo inicios humildes en el cine, empezó como meritoria y poco a poco fue subiendo escalafones. De esos primeros días recuerda la fascinación que le producía ver cómo se rodaba una secuencia. “El set parecía un disparate donde cada uno hacía cosas que aparentemente no tenían conexión entre sí y, de repente, a una voz todo el mundo se ponía a colaborar para que aquello funcionase. Me pareció extraordinario y supe que era lo que quería hacer”.
“En esta profesión, además, cuando ya aprendes a hacer una cosa, tu aspiración es saber más y eso implica subir un peldaño”. La productora ha recorrido el camino hasta lo más alto de la pirámide con “muchísimo gusto e intentando aprender al máximo de cada situación”. Y eso que el trayecto no ha estado exento de difi cultades. “Cuando empecé era impensable que una mujer fuera productora, en el cine solo podíamos trabajar de sastras, maquilladoras o scripts. Por suerte, yo me crezco ante la adversidad”.
Por su carácter, García ve la situación actual del cine en nuestro país desde un punto de vista positivo, aunque reconoce que hay motivos como para ver el vaso medio vacío. Ella considera que es importante dotar a la industria con el dinero adecuado para competir con otras cinematografías. “Claro que se puede hacer cine con pocos medios pero si queremos llegar al gran público y que nuestros cineastas sean reconocidos a nivel mundial es imprescindible el apoyo a la cultura”.
IKER BERGARA