"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Pretenders es la primera película rodada íntegramente en estonio que se proyecta en el Festival. “Estoy contento porque en la actualidad hay una nueva ola de directores talentosos en Estonia y pienso que en el futuro en muchas ocasiones, se apuesta por formas vanguardistas pero también hay quien prefi ere mantenerse fi el a un estilo mucho más clásico. Creo que las nuevas tecnologías han democratizado mucho el hecho de hacer cine y, hoy por hoy, hay plataformas muy interesantes de nuevos realizadores”. En el caso de su película lo que le interesó es “profundizar en una realidad nueva para mí, ya que yo vengo de una familia de clase media y los ambientes que describo en la película llegué a conocerlos tras un proceso de investigación exhaustivo”. Según relata la cineasta, el proyecto le llegó por parte de un colega guionista: “Leí la historia de esas tres amigas prostitutas y sus enfrentamientos con la policía. Al principio me pareció que se van a ver más y más largometrajes de mi país”, explica Vallo Toomla, la joven promesa que ha venido al Festival a presentar su trabajo.
Para este primer largometraje, el realizador ha elegido un tema tan universal como las crisis de pareja y los celos e inseguridades que surgen en su convivencia. Toomla cree que “las necesidades de los hombres y las mujeres son diferentes y por eso cuando amamos surgen estos problemas”. El joven director estudió cine tras pasar por la Universidad de Teología: “Fue con 25 años cuando decidí dar ese giro en mi vida”, afirma.
Ahora tiene 33, más o menos la misma edad que los protagonistas de su película. “Durante la veintena construimos la imagen que queremos de nosotros pero cuando llegamos a los 30 muchas personas ven que no van por el buen camino o que no han conseguido la imagen que querían”. Esto en cierta manera es lo que ocurre a los protagonistas del filme.
A la hora de elegir a los actores, tuvo claro desde el principio que lo más importante era que surgiera la química entre ellos, “que encajasen”. Por eso, las pruebas de casting fueron dirigidas en ese sentido. Durante el rodaje, además, el director dejó a los intérpretes que aportaran su punto de vista. “Cada actor tiene una visión distinta de su personaje y es importante que trasladen sus experiencia a él”.
UN HOMBRE TRANQUILO
“Al contrario que en esta entrevista, en el set soy muy parco en palabras”, bromea Toomla. El estonio se muestra como una persona muy reflexiva a la que le gusta tener todo bien organizado de antemano. “Teníamos un tiempo muy limitado para rodar, apenas 20 días, por eso la organización previa era esencial para que todo saliera bien”. Aun así, reconoce que le hubiera gustado tener más tiempo.
En el futuro, Toomla querría hacer más películas y no le importaría seguir trabajando con los mismos guionistas, jóvenes de su edad con los que ha conectado muy bien. Ahora mismo, en cambio, prefiere no pensar en el futuro, disfrutar esta experiencia e ir “paso a paso”.