"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Borracho, violento, amante infiel y atormentado pintor tendente a asomarse al abismo del fracaso, el Modigliani de Los amantes de Montparnasse (1958) es también incurablemente romántico. Inspirada en hechos reales, aunque no es una recreación histórica, como se encarga de precisar el texto al inicio, la penúltima película de Becker es una de las más desoladoras y emocionantes de su filmografía, con ciertas reminiscencias de Falbalas en cuanto al tormento que provocan la creatividad y el amor, y con una espléndida recreación de personajes y ambientes a la altura de París, bajos fondos.
A pesar del título español, el drama no se centra solo en los amantes, hay toda una galería de personajes magníficamente dibujados por Becker: la irónica Beatrice (Lili Palmer), que ama y ayuda económica y sentimentalmente a Modigliani mientras puede, a pesar de que es casi imposible vivir con él; el entregado Sborowsky (Gérard Séty), que trata de que venda algún cuadro; el ladino Morel (Lino Ventura), que se comporta como un buitre a la espera de que Modigliani caiga para comprar sus cuadros baratos antes de que se convierta en un mito, actitud magníficamente representada en la secuencia en que uno sigue al otro en la noche.
Basada en la novela de MichelGeorges Michel Les Montparnos, y dedicada al inspirador Max Ophüls, Los amantes de Montparnasse 19 es capaz de aunar lo cómico y lo terrible al mismo tiempo, en el encuentro con el comprador americano, y logra un retrato fatalista y bello sobre el artista incomprendido y el amor inalcanzable. Y es también un canto de admiración al París bohemio y romántico en el mejor sentido.
RICARDO ALDARONDO