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Presentada en Proyecciones Especiales de la Sección Ofi cial fuera de concurso, Vivir y otras ficciones es una película de bajo presupuesto que quiere hacer refl exionar al espectador sobre el concepto de “normalidad” cuando hablamos de la condición humana.
La cinta narra la amistad entre dos hombres: Pepe, que acaba de salir del psiquiátrico tras cumplir condena por robar para comer y se desespera por encajar en una ansiada “normalidad”, y Antonio, escritor tetrapléjico que lucha por el derecho al acceso al propio cuerpo y por la sexualidad de las personas con diversidad funcional.
El tema ha incomodado a ciertos sectores de la sociedad, según desveló ayer en rueda de prensa el director Jo Sol (Barcelona, 1968). “Hay quien se ha escandalizado, pero había que plantearlo. Había que poner el espejo para que la gente acabe mirando cómo construye los vínculos con los demás, también por esa parte, por la parte del cuerpo, aunque moleste”.
Sol, que incluye su película en la categoría de “cine pobre”, aseguró que prefi rió desplazar lo artístico para situar el foco en el discurso. “No es un documental, aunque parezca tan real. Lo que contamos está cargado de verdad, pero es fi cción, hay un desarrollo de guion, hay unos actores…”
Vivir y otras ficciones tiene mucho que ver con los dos trabajos anteriores de Jo Sol: El Taxista ful (2005) y Fake Orgasm (2010). Diez años después de rodar la historia del falso taxista que robaba para ganarse la vida, el director catalán recupera al personaje del taxista encarnado por Pepe Rovira. Junto a él, el activista por los derechos de las personas con diversidad funcional, Antonio Centeno, encarna a un personaje con el que comparte mucho. “Yo no soy actor y nunca me hubiera atrevido a salir en una película de otra temática, pero ésta es una historia cercana a nuestras luchas reivindicativas”.
Centeno dijo también que “en torno a la discapacidad se dicen muchas cosas equivocadas. Se nos separa de ‘la gente normal’, se nos tacha de dependientes como si el resto de las personas no lo fueran, cuando la condición humana es así, todos necesitamos de los demás. Ese tipo de discursos lo que pretenden es justifi car la desigualdad”. Añadió que, tras muchos años demandando recursos para su colectivo, se dio cuenta de que “no era sufi ciente con la cuestión material, todo eso se cae si no hay un cambio en la mirada de la sociedad”.
Para Centeno, “lo fácil es no mirar al que consideramos raro, lo difícil es ver en el otro tu propia fragilidad. Esta película nos hace refl exionar sobre la anomalía, sobre cómo dependemos y cómo aportamos a los demás”.
El productor Lluis Miñarro añadió que de esta película no esperan una respuesta comercial, “pero tendrá un público, eso seguro. Había que hacerla y estoy seguro de que encontrará su camino”.
KAROLINA ALMAGIA