La película argentina La idea de un lago que inauguró ayer la edición de Horizontes Latinos llevó al público de Donostia al sur de la Argentina de los años 80. Su realizadora Milagros Mumenthaler nació allá, en plena dictadura del general Videla, pero creció en Suiza, pues sus padres decidieron salir del país. Sin embargo, La idea de un lago no es una película sobre la dictadura. La directora argentina ofrece un punto de vista inesperado, basado en el libro de poemas "Pozo de Aire" de Guadalupe Gaona. “Me regalaron el libro y de repente me vinieron secuencias visuales muy fuertes que me dieron el impulso para hacer la película. Lo que más me impactó fue que trata un hecho ya conocido, el de las desapariciones de la dictadura, pero desde un lado mucho más intuitivo y más íntimo, sin necesidad de contar los hechos puntuales, sino viendo cómo se vive eso después, cómo se crece con eso y la diferencia generacional de esa vivencia, la de una madre y compañera de desaparecido y la de su hijos”.
UNA ADAPTACIÓN LIBRE DE GAONA
Mumenthaler hace una adaptación libre del poemario: incluyendo textos del libro de Gaona, sitúa la acción en la casa familiar de Inés, una fotógrafa profesional embarazada y desarrolla la historia a través de sus recuerdos y de su propio trabajo fotográfi co. La única foto que conserva de ella junto a su padre fue hecha allí cuando apenas tenía dos años y, unos meses después, el padre de Inés desaparecería víctima de la dictadura militar.
La actriz Carla Crespo da vida a la protagonista adulta y Malena Moirón encarna a Inés niña. Rodeada de su familia extensa –“la familia es muy importante para mí, es el pilar de cada persona y sin ella no puedo desarrollar un personaje”–, la protagonista vive el verano, las vacaciones y los juegos de infancia, en una narración en la que las canciones escogidas tienen también un papel significativo.
Poco antes de su presentación ayer en el Kursaal 2, Mumenthaler subrayaba que su intención no es juzgar al personaje ni cerrar su futuro y que, por el contrario su deseo es "transmitir que, más allá de la dificultad de vivir con la tragedia de un padre desaparecido y, aunque siempre exista ese vacío, también uno puede encontrar cierta paz".
Con respecto a la realización del filme, coproducido por Argentina, Suiza y Qatar, Mumenthaler explica que “aunque la película parece chiquita y sencilla, finalmente fue bastante más complicada de lo que habíamos pensado, porque se fue llenando de imprevistos. Fuimos probando formatos -3D, HD, Super 8, 36 mm- para ver qué estética hacíamos para cada parte y, aunque rodamos en cuatro semanas, después lo más complicado fue el montaje y la posproducción, porque queríamos una narración muy apoyada en lo visual, en lo sensorial, que subrayara las texturas y envolviera con ello la memoria y los recuerdos de la protagonista”. En este sentido, la cinta mantiene una cuidada estética que evoca los años 80 y que acompaña a cada personaje.
Milagros Mumenthaler es originaria de la provincia de Córdoba y se inició en el cortometraje tras estudiar cine en Buenos Aires. La realizadora argentina ya se estrenó en San Sebastián en el Festival de 2011, donde presentó su primer largometraje, Abrir puertas y ventanas, ganador del Leopardo de Oro en el Festival de Locarno de ese mismo año. La idea de un lago es su segundo largometraje.
PILI YOLDI