La doctora de Brest es el quinto largometraje dirigido por Emmanuelle Bercot. Actriz antes que directora –el año pasado consiguió el premio de interpretación femenina en Cannes por su papel en Mi amor –, ella se reconoce, sin embargo y ante todo, cinéfila: “Para mi trabajo como directora me ha sido más útil mi bagaje como espectadora que como intérprete”, dice quien ha trabajado, entre otros, con cineastas como Bertrand Tavernier, Olivier Assayas o Claude Miller. La película que hoy inaugura el Festival recoge esos ecos cinéfilos: “En rigor se trata de un thriller y está estructurado como tal pero, sobre todo, me interesó destacar la aventura humana de esta mujer”, dice Emmanuelle Bercot refiriéndose a Irène Frachon, la neumóloga francesa que encabezó la cruzada contra la multinacional farmacéutica Servier cuando comprobó los letales efectos secundarios que uno de sus medicamentos, el Mediator, tenía sobre sus pacientes.

La cineasta reconoce que “cuando leí el libro que escribió la propia doctora sobre este caso, no había nada que me llamase la atención de cara a hacer una película a partir de él, sin embargo al conocer a Irène, que es una mujer de una personalidad arrolladora, enseguida me dije: He ahí un personaje”. A partir de ahí, la directora acometió un trabajo exhaustivo para conferir verosimilitud a un relato donde se recoge una lucha que se prolongó durante casi cuatro años en el tiempo y que llevó a la doctora Frachon a enfrentarse no sólo a la industria farmacéutica sino a la pasividad de buena parte de la administración sanitaria francesa: “Para mí era muy importante que cada documento, cada formulario y cada uno de los escenarios que aparecen en la película, estuviesen extraídos de la realidad”.

La película está protagonizada por la actriz danesa Sidse Babett Knudsen, muy conocida gracias a su participación en la serie televisiva “Borgen” y que últimamente se ha convertido en un rostro habitual del cine francés tras intervenir en películas como El juez (que le valió el César a la mejor actriz de reparto). Según ella, la complejidad de su personaje radica en que “es una heroína sin ningún rasgo extraordinario que, aparentemente, la defina como tal”.

La doctora de Brest es el segundo largometraje dirigido por una mujer que inaugura el Zinemaldia, pese a lo cual su directora no cree que el audiovisual sea un sector especialmente machista: “Si tengo que hablar desde mi propia experiencia y a partir de lo que sucede en Francia, creo que la mirada femenina es algo muy apreciado por la industria cinematográfica”.

JAIME IGLESIAS