"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Kazuhiro Soda, afincado en Nueva York, aborda el documental desde la distancia y como exploración. Parte con las alforjas vacías de intenciones y se interna en un territorio desde el que mirar el mundo de nuevo, confiado en que sus habitantes vayan proveyendo con gestos, palabras y contradicciones. Su impronta quedará fijada en la pieza resultante, pero el propósito inicial es recolectar imágenes y circunstancias que sean por sí mismas, sin más intervención que la mera presencia de la cámara.
Mental se asoma a la comunidad generada en torno a una pequeña y particular clínica de Okayama donde se ampara en lo posible a individuos con desórdenes mentales de todo tipo: depresiones abisales, perfiles suicidas, trastornos bipolaresy un etcétera de patologías e historiales de marginación. Allí la cámara de Soda deambula y recoge cientos de horas para destilar una película que elude la enumeración de fenómenos, en la que no hay respuestas sino paisajismo, escucha y también vergüenza. Cuando a un paciente diagnosticado de esquizofrenia se le explique que la presencia de la cámara, que no es poca, responde a un interés por descorrer el velo que envuelve la realidad de las enfermedades mentales, el hombre responderá que de ese velo se hace cargo, que lo corren los propios enfermos llevados por sus prejuicios, los mismos que alienta una sociedad instituida en el conformismo y la ocultación.
Rubén Lardín