"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Hay rostros que determinan la personalidad, están predestinados. La frase: con la cara paga, es una realidad absoluta en muchos casos de actores que sería imposible que pudieran hacer otra cosa; de malos, de buenos, de inocentes, de villanos, de engañadas, de mujeres fatales o de mujeres dulces. Los actores pueden y deben y saben hacer cualquier cosa, pero es evidente que los directores les buscarán para determinados papeles en los que encajan como un guante. Y ese guante, cuando se ajusta y hace que personaje y actor/actriz sean uno, suele tener como resultado una interpretación extraordinaria.
Eso es lo que sucede con Emily Watson, Premio Donostia 2015. Estoy segura de que puede ser una mala malísima, o una aristócrata orgullosa, pero donde brilla con un fulgor especial es en los papeles de mujeres comprometidas socialmente, implicadas en la defensa de los más débiles, mujeres trabajadoras, cercanas, sencillas, libres, normales. Como ella. Mujeres sin artificios que aparecen ante la cámara con la cara lavada.
La conocimos como Bess, la inocente joven enamorada capaz de llegar al mayor sacrificio en la espléndida Rompiendo las olas, que la hizo famosa en su primera aparición en el cine. Hay en Youtube un video del casting de Emily Watson para este papel (https://www.youtube.com/ watch?v=q564g6BniGs). Viéndolo, se entiende que Lars von Trier no dudara ni un segundo en escoger a esta actriz británica de veintiocho años, desconocida en el mundo del cine. Una habitación vacía, Emily con un amplio vestido azul que no deja ver su figura, ella sola frente a una voz en off. Y la pantalla brilla con esos ojos transparentes que expresan todas las emociones, transmiten la sinceridad, la ingenuidad, el deseo del amor, el dolor de no entender, la urgencia del sacrificio. La forma como se toca el pelo, su manera de estar, Emily es Bess y en cierto modo no ha dejado de serlo. Su Bess sigue presente en casi todos sus trabajos, ha crecido con ella, ha sido madre con ella, ha luchado con ella y ha llegado a una madurez que augura un brillante futuro. Porque Bess/ Emily, tienen aún mucho que contar.
Pero, ¿quién es Emily Watson más allá de sus personajes? Una biografía rápida de su vida empezaría diciendo que nació en 1967 en Islington, trabajó en la Royal Shakespeare Company durante seis años y en 1996 Lars von Trier la escogió para ser la protagonista de Rompiendo las olas. Desde entonces ha participado en una treintena de películas, algunas de ellas memorables. Casada con un escritor, es madre de dos niños y vive en una casa con jardín en Greenwich. ¿Quién puede ser más normal que ella? Quizás por eso Emily Watson produce un sentimiento de empatía inmediata, una sensación de cercanía. Bess ha sabido crecer, madurar, sin perder la inocencia en sus ojos y la tierna sonrisa en sus labios. Otorgarle el Premio Donostia es reconocer que no hace falta ser una estrella para tenerlo; basta con ser una gran actriz. Y una gran mujer.
NURIA VIDAL