"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“No hay nada más masculino que el momento en que un hombre eyacula, y aun así, descubrí entonces que lo que más me atraía en ese momento era su naturaleza expuesta e indefensa”. En “Vibrador”, la novela de Mari Akasaka editada en español por emecé, la protagonista narra sus experiencias con el alcohol primero, y su relación con un joven camionero más adelante, con la franqueza de un Bukowski nipón y femenino. Aunque la novela y la posterior adaptación cinematográfica llevada a cabo por Ryuchi Hiroki resulten muy frontales en el aspecto sexual, no aparece en ningún momento el juguete al que parece apelar el título. Vibraciones son las que siente esta treintañera cuando unas voces se apoderan de su cabeza, cuando se autoinduce al vómito para liberar el alcohol que ha ingerido para acallarlas, cuando practica el sexo con Takatoshi... Como vibran sus pensamientos entre las páginas del libro. Vibra también su teléfono, situado justo al lado del corazón, la primera vez que ve al protagonista, y vibra el motor del camión que se convierte en un espacio de libertad donde se desarrolla esta relación fruto de un encuentro fortuito en un supermercado de carretera. Una historia de amor improbable entre una periodista de mediana edad y un joven ex yakuza que transporta todo tipo de mercancía por el país en su camión.
Formado en la industria de las pinku eiga, Hiroki no abandonó su interés por la sexualidad al pasarse al cine mainstream en los años ochenta. Vibrator (2003) está cargada de electricidad sexual desde el primer momento en que los protagonistas intercambian un ligero roce en el supermercado. Un contacto fugaz pero suficiente para que Rei decida embarcarse en un viaje al lado de Takatoshi. La película transcurre como una road movie donde el camión funciona como espacio protector y cálido frente a los gélidos paisajes exteriores de la realidad japonesa de los que los protagonistas parecen refugiarse. La relación entre estos dos supervivientes se mantiene siempre alejada de los imaginarios románticos habituales pero también de los pozos de sordidez en que otros autores podrían haber dejado caer a este tipo de personajes tan marcados por su pasado. Hay una inesperada ternura en esta historia de amor tan sexual como hablada, y puntuada por los pensamientos de Rei desde la voz en off o desde los intertítulos. Vibrator deviene una road movie íntima contada desde una perspectiva femenina poco frecuente en que la protagonista se muestra en toda su vulnerabilidad.
Eulàlia Iglesias