"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Aunque ha tardado siete años en acabarla, la primera película del realizador colombiano César Augusto Acevedo llega al Festival nada menos que con cuatro galardones del último festival de Cannes: el de la Sociedad de Autores, el Premio Revelación, el del Público y la Caméra d’Or. El equipo que ha traído a Donostia La tierra y la sombra explicaba ayer en Donostia las dificultades de financiación que viven en Colombia este tipo de proyectos: “Una película como ésta, de planos largos, ritmo lento, reflexivas e intimistas, no lo tiene fácil – seguró la productora Paola Pérez– pero, finalmente, encontramos la fórmula con coproductores de Chile, Brasil, Países Bajos y Francia, y pudimos estrenarla este año”.
En La tierra y la sombra, de la que también es guionista, Acevedo presenta otra mirada sobre la realidad de su país, desviándose de los temas habituales: “Colombia no es solo violencia y narcotráfico. Ese microcosmos de una familia, con la casa, el árbol y los cultivos de caña de azúcar me sirve para hablar de otra realidad, la del campo arrasado por el progreso y el valor de toda una historia que está desapareciendo”. La película tiene muchos niveles de lectura, detalló Acevedo: desde el más personal -todo comenzó tras la muerte de su propia madre-, hasta el de la denuncia social sobre lo que está sucediendo en el Estado del Cauca, especialmente golpeado por el desplazamiento, las enfermedades y la destrucción del paisaje. “La película habla del valor del arraigo y de la resistencia a perder todo eso que está desapareciendo, para ser conscientes de las consecuencias de ese progreso que está pasando por encima de todos los seres humanos”.
Junto al director y la productora, la película está representada en Horizontes Latinos por la protagonista Marleyda Soto, que encarna a la madre y esposa en el drama familiar. Ella es la única actriz profesional de todo el equipo, ya que el resto son actores naturales elegidos entre los habitantes de la región, buscando que hubiera la máxima verosimilitud: “Nos interesaba que en ellos hubiera autenticidad, incluso las huellas del trabajo de la caña en su cuerpo”, contó el realizador. El elenco de actores elegidos recibió después cinco semanas de preparación antes del rodaje, y ese trabajo fue aprovechado por todo el equipo, incluida la propia Marleyda: “Fue magnífico, porque el guion tenía muy poco texto, y así pudimos aprender a transmitirlo todo con la intuición, la mirada, respirando, sintiendo, para que todo fuera lo más auténtico posible,
P.Y.