"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Los muros que separan EEUU de México o Sudáfrica de Zimbabwe, el alambre de púas entre India y Bangladesh y la valla de Melilla con Marruecos tienen en común historias de personas. Nuevas y viejas fronteras, un tema global que tratan en profundidad Pablo Iraburu y Migueltxo Molina en Walls, el documental que inaugura la sección Zinemira. “La caída del muro de Berlín parecía presagiar el comienzo de algo nuevo, pero estamos en 2015 y ayer mismo se empezó a hacer un muro entre Hungría y Serbia y esto va a más”, comenta Migueltxo.
El objetivo de este proyecto no es el análisis geopolítico: es un retrato profundo e íntimo de las personas que viven a uno u otro lado de un muro. Construyendo el relato íntimo de sus vidas, Walls muestra que todos compartimos sueños, miedos, pensamientos y emociones similares. “Nuestra historia no es sobre muros, sino sobre personas que viven cerca de muros. Se nos da bien hacer retratos sobre personas y hemos querido hablar de algo que pasa desde siempre. Y es que en Walls hay momentos en los que te olvidas de en qué país estás, son muros que separan a las personas, más allá del concepto del tiempo y del lugar”, dice Pablo.
De hecho, primero realizaron el casting de las fronteras y una vez seleccionados los lugares se inventaron unos personajes. Itziar García, la productora, fue la encargada de encontrar a gente real cuyas historias se asemejaran a los personajes creados, pero como ocurre en ocasiones, la realidad supera a la ficción, las personas reales resultaron mucho mejores que las ideadas.
El rodaje de Walls, que posteriormente se convertirá también en una serie de cuatro capítulos para Discovery Max, no ha sido nada fácil, sobre todo su producción y el rodaje en zonas conflictivas como la de Tijuana, donde se mezclan el narcotráfico, el tráfico de personas, los militares… Ambos directores no han sentido un peligro evidente, pero sí tensiones y alguna que otra situación complicada: “El seguir la rutina de nuestros protagonistas ha ayudado. Ellos nos guiaban para evitar peligros, nos orientaban sobre cuándo y dónde rodar y nos protegían”, comentan ambos.
Huir de un lugar en el que si te quedas vas a morir, jugarse la vida cruzando un muro es algo que tiene mejores perspectivas que quedarse. Esto es lo que ambos directores descubrieron durante el rodaje: “El concepto de felicidad es un lujo para ellos, lo que buscan es en realidad sobrevivir”.
N.A.