"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Mavis se casó con Johnny. Mavis y Johnny tuvieron un hijo. Suele pasar. Los abuelos paternos, felices. El materno (viudo, más aún enamoradísimo de la que fuera su bella esposa) piensa enseñarle al bebito todas sus habilidades. Normal. Hay un problema. No demasiado grande. Lo suficiente como para hacer una película molonamente truculenta. Verán, Mavis y Johnny son como Belle y Edward. Pero al revés. Aclaremos. Ella es vampiro y él, humano (aunque pelirrojo, skater, Dj, mochilero y bastante dado a los raves y los after).
A diferencia de la muchacha de la saga Crepúsculo (te amamos, Emma), Mavis parió tranquilamente. La criatura berrenda de chupasangre y chaval con pinta grunge nació sin problemas. Todos felices. Así que un día, Mavis y Johnny deciden ir a visitar a los padres de él dejando al bebito bajo la protección del abuelo, a la sazón influyente hotelero para gente con diversas disfunciones socio-ambientales; de género y especie. Resumiendo, el yayo reserva habitaciones a momias, blandiblups, hombres lobos con camada que parece crecer y multiplicarse película tras película, armaduras andantes sin caballero dentro y otras lindezas que no encontraron habitación libre en la casa de Morticia y Gómez Addams.
Entenderán que la situación ya no es tan cotidiana como parecía. Claro que tampoco la sala donde terminarán de contarnos el cuento oscuro es de esas de centro comercial. Hotel Transylvania 2 se estrena hoy en todos los planetas de la galaxia pero solo en Donostia lo hace a las 18.30 en un Velódromo, pantalla de 14 metros, ante 3.000 espectadores, con la presencia de los actores que doblan a las criaturas festivo- siniestras en el escenario y un coche de muertos (el mismo en que nunca dejan entrar a ‘Blandiblup’) aparcado cerca del Mini Estadio.
Será en ese contexto en el que de pronto, una vez habiéndose revelado infructuosos todos los intentos del amoroso abuelo vestido con hermosa capa y dueño de afiladísimos colmillos para hacer del nieto pelirrojo no ya un vampiro, sino aunque sea un simple murciélago, aparezca el más antiguo de los No-Muertos, el bisabuelo Vlad, y tome cartas en el asunto de la educación del mulato de revenant y hombre.
Si quieren saber más, acérquense al Velódromo antes de que amanezca y pidan habitación en Hotel Transylvania 2. Tiemblen mientras ríen y si no pueden dormir échenles la culpa a Tartakovsky, Smigel y Sandler. Son los (ir)responsables del alojamiento y la película.
BEGOÑA DEL TESO