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Un año más el Museo San Telmo fue el escenario escogido por los responsables del Ministerio de Cultura para la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Cinematografía, fallado el pasado mes de julio y que ha reconocido la trayectoria de Fernando Trueba. Entre los méritos que el jurado destacó en el director madrileño están “el reconocimiento internacional que ha conseguido el cine español gracias a los éxitos obtenidos por sus películas”, así como “la defensa de la profesión cinematográfica desde los inicios de su carrera”.
Acompañado de colaboradores, amigos y profesionales del cine español, Trueba, visiblemente abrumado, agradeció el galardón aunque precisó: “Me dan miedo los premios: por lo general vuelven a la gente más débil, más tonta y más vieja”, lo que despertó las risas cómplices del auditorio. Asimismo, el cineasta quiso tener un recuerdo cómplice hacia Rafael Azcona, coguionista de alguna de sus mejores películas: “Él siempre decía que los galardones debían de ser secretos y con dotación económica, afortunadamente este premio cumple con el segundo de estos presupuestos”.
Puesto a diseccionar las tres palabras que dan nombre a este galardón, Trueba confesó que con la que menos a gusto se sentía era con la de Nacional. “La verdad es que yo nunca he tenido un sentimiento nacional muy desarrollado, nunca me he sentido español, ni por cinco minutos. ¡Claro que me gustan Cervantes o Velázquez, pero no más que Shakespeare o Rembrandt! Si por mí fuera aboliría todas las fronteras”. Sin embargo, en lo tocante al término ‘cinematografía’, el director asumió que apelando a él podía encontrar algún sentido al premio que le concedían: “Frente a quienes mantienen que las artes siempre han tenido, en su origen, una relación con lo sagrado, yo defiendo la idea de que el primer punto de inspiración para un artista es la pornografía. Antes de que se llegaran a pintar vírgenes están las venus del paleolítico. Esa relación con la pornografía en el caso del cine es más que evidente. Sirva este argumento para decir que acepto este premio como profesional de la cinematografía”.
Un Estado protector
Fernando Trueba cerró su discurso haciendo una petición a los políticos. “Los Estados fueron creados por la ciudadanía para obtener protección y garantizarse el ejercicio de sus libertades. Frente a eso el Estado actual lo que hace es castigar y reprimir al ciudadano”.
En su discurso de réplica, el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, recogió el guante lanzado por el cineasta en lo referente a la defensa de las libertades y, en el caso de la creación audiovisual, quiso dejar claro el compromiso del gobierno contra la piratería: “Hay que practicar la pedagogía y hacer ver que aquél que pone su talento al servicio de la comunidad, como ocurre con los directores de nuestro país, merece ser recompensando por su trabajo”. En este sentido, el ministro quiso poner en valor el talento creativo de los cineastas de nuestro país, remitiéndose a los buenos resultados en taquilla que está cosechando el cine español este año, y defendió la implicación de las administraciones a la hora de estimular su difusión.
J.I.