"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
En 2004, Lucile Hadzihalilovic se hacía con el premio Nuev@s Director@s por Innocence. Protagonizada por Marion Cotillard, el filme colocó a su directora como una de las más sólidas promesas de la cinematografía francesa. Sin embargo, su nueva película Evolution (presentada ayer a concurso) se ha hecho esperar once años: “Cuando presenté Innocence era consciente de que aquella era una propuesta difícil, dado que se trataba de un filme abstracto y contemplativo. Pensaba que Evolution, que sobre el papel se trataba de una apuesta más narrativa que mi película anterior, no me iba a dar tantos quebraderos de cabeza a la hora de encontrar financiación, pero se ve que me equivoqué. Trabajar en un registro imaginario y metafórico, alejado del realismo, hizo que más de un productor me expresara sus reticencias, así que al final me vi obligada a rodar la película con un presupuesto inferior al previsto y sobre un guion más conciso y condensado que el que tenía en origen el proyecto”.
Evolution, que narra las vivencias de un grupo de niños aislados en una isla junto a sus madres, mientras se ven sometidos a diferentes experimentos médicos a fin de transformar sus funciones biológicas, fue definida por su directora como “una película de sensaciones y emociones. No considero que esta historia tenga mensaje alguno, tampoco lo pretendo”. Pese a tomar elementos del cine fantástico, Hadzihalilovic no cree que Evolution pueda ser definido como un filme de género: “No obstante, asumo que esas influencias pueden estar ahí, ya que el cine de terror y la ciencia ficción fueron mis géneros favoritos durante un largo período de mi vida”.
Referencias personales
Lo que sí admitió la cineasta es que la historia narrada en la película tiene su origen en un recuerdo de infancia: “Cuando tenía diez años me operaron de apendicitis. Me vi aislada en el hospital rodeada por un montón de adultos que manipulaban mi cuerpo. No es que aquella fuera una experiencia traumática pero sí resultó muy intensa, hasta el punto de que mientras preparaba esta película me vino varias veces a la mente”. El resto de la inspiración, Hadzihalilovic se la atribuye a la isla de Lanzarote, lugar de rodaje del filme: “Me interesaba crear un universo visual que funcionara por sí mismo y Lanzarote ofrece unos escenarios maravillosos que anclaban la película en el mundo real pero, al mismo tiempo, incidían en esa atmósfera fantasmagórica que pretendíamos infundir al relato”.
Sobre sus actores (muchos de los cuales son intérpretes no profesionales), la cineasta afirmó que “me interesa el carisma que desprendían como seres humanos más allá de su experiencia”.
J.I.