La necesidad de exorcizar los demonios que han llevado a España a un punto de no retorno y la urgencia por hacerlo fueron las que condujeron a Isaki Lacuesta a realizar un filme como Murieron por encima de sus posibilidades que ha tenido un proceso de producción atípico: “Primero comenzamos a rodar y mientras lo hacíamos buscamos la financiación, ya que sentía que embarcarme en un proceso de búsqueda de inversiones, ayudas, subvenciones, etcétera, podía ralentizar la realización de un proyecto que, al fin y al cabo, no deja de ser un retrato del aquí y del ahora”.
Esa necesidad por contar, aunque sea en clave satírica y enloquecida, el presente de nuestro país y el propio tono que maneja el filme fueron los que animaron a embarcarse en él, aunque fuera para defender personajes de una o dos secuencias, a la plana mayor de los actores españoles. Así, por la película desfilan los rostros de Carmen Machi, Imanol Arias, Emma Suárez, Luis Tosar, Bárbara Lennie, Sergi López, Ángela Molina, Raúl Arévalo, José Sacristán, Jordi Vilches, Julián Villagrán, José María Pou, Eduard Fernández, Ariadna Gil, Albert Plá o Jose Coronado. “Dado que la película pretendía ser un retrato de España, me gustaba la idea de que lo fuese también del cine español a través de sus actores, de ahí lo heterogéneo del reparto”.
¿Dónde está la locura?
La película narra la historia de cinco tipos a los que la crisis económica les conduce a un callejón sin salida, lo que les lleva, a su vez, a la enajenación y al crimen. Condenados a pasar el resto de sus días en un centro psiquiátrico, resuelven escapar del mismo y secuestrar al presidente del Banco Central en la convicción de que únicamente la acción directa podrá reconducir al país hacia un escenario de justicia social. “La verdad es que no hay mejor escenario para explicar España que un manicomio –comentó Isaki Lacuesta–. Este país es un esperpento pero ya no al modo en que lo concibió Valle Inclán, ya no necesitamos vernos reflejados en espejos deformes para asumir lo que somos sino que basta cualquier espejo”.
Preguntado sobre si su película no peca de oportunista al quedar demasiado ceñida a la inmediatez de ciertos acontecimientos, Lacuesta manifestó que “creo que Murieron por encima de sus posibilidades irá ganando actualidad con el paso de los años, de hecho mientras la rodábamos salían en los periódicos transcripciones de tramas corruptas mucho más delirantes y cutres que cualquier línea de guion que hubiéramos escrito”. El cineasta manifestó que “en España tampoco hemos cambiado tanto a lo largo de la Historia y es muy dudoso que, de la noche a la mañana, vayamos a cambiar nuestra manera de ser, así que no temo que la película pierda vigencia”.
Ese carácter delirante que, en todo momento tiene la película, fue el que desaconsejó a Isaki Lacuesta presentarla a competición en el Zinemaldia: “Cuando me invitaron, lo primero que dije es que no me apetecía ir a concurso, sobre todo porque no me gusta competir. No creo que esa sea la función que ha de tener el cine y menos una propuesta tan festiva y disparatada como ésta”. J.I.