"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“Quiero dedicar el premio al pedacito de tierra de donde yo vengo. Donde nací, donde aprendí a jugar y a compartir, donde tiré mi primera piedra y recibí la primera pedrada, donde fui al cine por primera vez, donde aprendí a amar, a reír, a respetarme a mí mismo y a aquellos que lo han intentado antes. Se lo dedico a Borinquen Puerto Rico”. Con estas palabras emocionadas recibió Benicio del Toro ayer noche el Premio Donostia, de manos de Jorge Perugorría.
Momentos antes, el actor cubano le había descrito como “un verdadero animal cinematográfico, lo que llamamos un monstruo, un salvaje que desborda la pantalla. Actuar es un acto de rebeldía y ese espíritu transgresor de Benicio nos ha regalado grandes actuaciones, que hoy ya forman parte de la historia del cine”.
Después, Benicio del Toro recordó que la primera vez que visitó este Festival -”he venido varias veces y siempre me he sentido como en casa”-, vio en un restaurante una foto de unos pescadores, en la que uno de ellos aparecía derrumbado. “Y a ése, ¿qué le pasó?, pregunté a la camarera. ‘El esfuerzo’, me dijo ella. Y, ahora, cuando me pregunto por qué me dieron a mí este premio, pienso: ‘el esfuerzo”. “¡Que viva el cine y su historia, y seguimos!” fueron sus palabras de despedida.