"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Al principio fueron otras cosas. Otros seres. Otras máquinas. Otras monturas. Al principio fueron Yamaha SR, Guzzi V 65, BMW R45, Harley Davidson de cualquier condición, Suzuki del desierto e incluso bellísimas inglesas (Triumph, BSA: God Save The Queens…). Al principio por ser fueron hasta Camaros del 69 y motos de dirty track. Al principio.
Antes de que llegaran ellos. Ellos, Kimura, El Solitario, Blitz, Roland Sands, Deus ex Machina…. Ángeles con las manos sucias y el corazón bombeando aceite y gasolina. Ingenieros que no se creyeron dioses sino demonios. Demiurgos del hierro y del cuero. Constructores. Prometeos. Guerreros.
Y cuando ellos (y ellas) aparecieron, enamorados de las formas, infieles a los mandatos de la industria y el comercio, desconocedores de lo imposible, resultó que aquellas máquinas, aquellas monturas, aquellas… ¿motos? ya no eran una Sportster ni una Ducati 900 ni una Honda, sino criaturas que el Tiempo no reconocía ni el Verbo sabía nombrar. Monstruos solitarios. Hechos de la materia misma de los sueños y las pesadillas. La materia del Golem. Del Gigante de Hierro. De la criatura (hermosa) del Doctor Frankenstein. Monstruos que a veces interpelan a sus creadores (Roland Sands, Kimura, El Solitario, Blitz, Deus ex Machina…) y otras se descubren entre los suyos cuando se cruzan con Godzilla, con Gregorio Samsa. Con Césare el sonámbulo de El gabinete del doctor Caligari. Con María, la robot de Metrópolis. Con el dinosaurio de Bradbury. Con Nessie.
Monstruos que se refugian en desiertos de sal (¿Recordáis The World´s Fastest Indian de Roger Donaldson, con Anthony Hopkins?) o entre los cruceiros de las parroquias gallegas y, alimentados sus motores con licor de cilantro o café; con tazones de vinho novo, esperan el paso de la Santa Compaña allá donde el mundo acaba.
Monstruos que no solo van a reinar en este Zinemaldia, sino que ya cruzan los mares para ser la sensación en el increíble The Motorcycle Film Festival que se está celebrando ahora mismo en Brooklyn, Nueva York.
Monstruos creados por outsiders, por misfits, por outlaws. Por herreros. Por filósofos. Motos que no son lo que fueron al Principio. Porque ahora se llaman, son, Pegasus, Impostor, Marrajo, La Sal del Diablo, American Iron, Moon End, Panzer…
Monstruos que reconocen como ‘par entre pares’ a aquella magnífica Norton Commando 750 de I Bought A Vampyre Motorcycle. Motos de sangre, cuchillo y fuego. Su historia la narra esta película que va muy bien de motor revolucionado y mejor de aceleración, The Greasy Hands Preachers. BEGOÑA DEL TESO