"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El director de La Salada, Juan Martín Hsu, salía contento ayer de la abarrotada sala donde se estrenó su película: “Es la mejor función que me ha tocado hasta ahora, con risas y aplausos”, comentó. Realmente, el público se divirtió con su primer largometraje, una mirada a la sociedad argentina detenida en la feria de la Salada, un gran mercado de Buenos Aires. “Es la feria más grande de Latinoamérica”, aclaró el realizador en el coloquio que siguió al estreno. “Se extiende en una superficie de cuatro kilómetros cuadrados y está especializada en la venta de copias falsas de películas y de ropa de marca también falsificada”.
La multitud que en ella convive y trabaja se compone fundamentalmente de emigrantes de todos los países, muchos de ellos orientales, y Martín Hsu coloca en los papeles protagonistas a personas que como él mismo tienen origen coreano: un joven que copia DVDs y losvende, un entrenador de golf y, en el centro de la historia, un padre comerciante de ropa y su hija, que vive las semanas previas a su boda. “Todas o casi todas la historias que se cuentan son situaciones reales vividas por mí o de mis colegas, muchos de ellos bolivianos o peruanos”, explica el realizador.
Las dimensiones de la propia feria y su dinámica obligaron al realizador a cambiar su propuesta fotográfica inicial -“queríamos inspirarnos en Iñárritu”, aclaró- y a adaptar el rodaje para evitar las continuas interrupciones del público. Para ello tuvieron que utilizar la cámara oculta, situar al equipo por separado en puntos estratégicos, evitar los planos generales y usar siempre luz natural.
En La Salada, la próxima boda de la joven es la que da continuidad y marca la línea de tiempo de la película. “Queríamos relatar las experiencias de la gente emigrante y abordar el tema desde el lado más emocional, no de un modo académico ni como un estudio”. Los riesgos del viaje en los recién llegados, la búsqueda de trabajo, la entrada en el circuito de la propia feria, la búsqueda de pareja, el amor y los convencionalismos sociales, entre otros aspectos, se presentan con una cadencia que apenas rompe el volumen de los karaokes que sucesivamente van apareciendo como lugar de desahogo y también de encuentro.
El resultado es un amable y sincero puzle de la interculturalidad, que Martín Hsu ha compuesto con idea de superar los estereotipos. “La idea es mostrar que no todos son tan fríos ni tan individualistas como se les pinta, y que hacen muchos intentos por acercase, aprender el idioma, integrarse y asimilarse a los argentinos”. Así lo resume el consejo de uno de los personajes en un momento de la película: “Argentina es como las mujeres: en realidad no la vas a entender; solo hay que quererla”.
Juan Martín Hsu (Buenos Aires 1980), ha completado este año su primera película gracias al premio del concurso de ópera prima del INCAA y al Premio de la Industria en la pasada edición de Cine en Construcción. En este proyecto ha estado acompañado por el productor Ignacio Rey, con el que también ha viajado al Festival de Toronto. P.Y.