"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Cédric Kahn cierra hoy con Vie sauvage la Sección Oficial. Isaki Lacuesta, fuera de concurso, concluye la participación española con Murieron por encima de sus posibilidades. Los dos directores son francotiradores en sus respectivas cinematografías. El francés incide en temas y estilo a lo desarrollado en sus anteriores largometrajes. Lacuesta propone en su último filme una mirada narrativa distinta en relación a sus confabulaciones con el documental y la ficción urdidas en títulos como Cravan vs. Cravan (2002), La leyenda del tiempo (2006) y la ganadora de la Concha de Oro Los pasos dobles (2011). Ambos, también, centran sus películas en torno a modos de vida alternativa, o de respuesta alternativa al ecosistema sociopolítico de nuestros días. Lacuesta en clave esperpéntica. Kahn de modo más severo y dramático.
Vie sauvage empieza con la cámara muy encima de una mujer que, cuando su compañero se va en coche, recoge las maletas y escapa con sus tres hijos pequeños. Todo es nervioso e intenso, como es habitual en un determinado cine francés del que Kahn es tanto heredero como nuevo baluarte, y que incluye desde Jacques Doillon hasta Patrice Chéreau. La puesta en escena es más pausada a continuación, pero no así las relaciones entre los personajes: el padre (Mathieu Kassovitz) hace todo lo posible para recuperar a sus hijos y llevárselos con él para seguir desarrollando la vida salvaje que da título al filme, una existencia al margen del sistema y los condicionantes que este crea.
Recrear la realidad