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El nacimiento, auge y decadencia del french house como manifestación cultural vinculante para toda una generación (la que vivió su adolescencia y juventud a mediados de los años 90) le sirve a Mia Hansen-Løve, en su cuarta película como realizadora, para abordar un retrato social a partir de un referente individual muy concreto: “Eden está inspirada en la figura de mi hermano y en el sufrimiento que le atenazó en su tránsito desde la adolescencia hasta la edad adulta. De hecho a él le molestaba mucho una frase que para otros es un halago: ‘por ti parece que no pasa el tiempo’ ”.
Ese síndrome de Peter Pan que parece atenazar en todo momento a Paul, el protagonista de la historia (alter ego del hermano de la realizadora), tiene claro reflejo en su faceta como DJ y en el sonido garage: “Realmente fue un estilo musical que evolucionó muy poco, por eso enseguida pasó de moda y solo cíclicamente ha vuelto a sonar con fuerza”, comentó Mia Hansen-Løve. De la misma manera Paul se siente perdido cuando la música a la que consagró su juventud deja de sonar, y aferrándose a ella trata de no dejar escapar su juventud.
La música de una generación
“Todos los temas que suenan en la película, menos tres, son originales de la época –dijo la cineasta francesa–. Del mismo modo fuimos muy rigurosos en la ambientación visual”. Por su parte el actor protagonista, Félix De Givry, confesó sentirse muy próximo a su personaje y al contexto histórico que refleja el filme y manifestó que “se trata de la música de nuestra generación”. En este sentido Mia Hansen-Løve confesó que Eden “obviamente no da cuenta de todo lo que se generó alrededor del french house, pero he tratado de servirme de un outsider para mostrar los ideales, las energías y la creatividad que palpitaba alrededor de aquella generación, que fue la mía”.
Cuestionada sobre si la dificultad para encauzar el propio proyecto vital también puede ser considerada una de las señas de identidad de aquella generación, la cineasta contestó afirmativamente: “Yo creo que frente a los jóvenes de ahora, que son mucho más responsables y tienen más clara su opción de futuro, nosotros manteníamos una actitud más relajada”. No obstante, para el actor protagonista, el filme “posee una mirada íntima que le da a la historia narrada un alcance real, universal y que hace que cualquier joven de cualquier generación pueda verse reflejado en lo que en él narramos”.
Preguntada sobre si encontró inspiración para su película en otros largometrajes que, como 24 Hours Party People o The Last Day of Disco, abordan un retrato de un tiempo y de un territorio a partir de la música de club, Hansen Løve confesó haberlos revisado aunque “mi intención fue dotar a mi película de un estilo más realista y llegar desde él a una cierta poética. En este sentido hay otros títulos que me guiaron más a la hora de reflejar ese sentimiento ambivalente entre la euforia y la melancolía, por ejemplo Millenium Mambo.
J.I.