"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La decimoquinta película de la oscarizada Susanne Bier (En un mundo mejor) es un drama que coloca a personas vulnerables en circunstancias que no pueden controlar y que vuelve a girar en torno a la familia, uno de sus temas preferidos. En esta ocasión, la directora danesa habla de la paternidad, “porque el cine refleja muchas veces los fuertes sentimientos de las madres hacia sus hijos, pero pocas veces los de los padres", señaló durante la rueda de prensa ofrecida tras la proyección.
El filme, tercero proyectado ayer en la Sección Oficial a concurso, es "un cuento que presenta un dilema moral" y nos plantea unas cuantas dudas. "En el tema de la maternidad, tendemos a juzgar muy alegremente: cómo lo hacen, si es buena o mala madre… La película viene a decir: ¿quién eres tú para juzgar a los demás?", añade Bier.
Nikolaj Coster-Waldau -el perverso Jaime Lannister de la serie "Juego de Tronos"- encarna a un policía que acaba de ser padre y se ve envuelto en una tragedia personal que le hará tomar decisiones comprensibles pero de dudosa ética. Su pareja en la pantalla es Maria Bonnevie (Lo que nadie sabía), mientras que Nikolaj Lie Kaas (Ángeles y demonios) interpreta a un violento drogadicto. La directora se mostró ayer encantada con el trabajo de sus actores. "Nikolaj es un gilipollas -bromeó-, pero lo hace fantásticamente. Y Maria tiene unos rasgos tan angelicales, que se presta muy bien a estos papeles de personaje con doble cara".
Nikolaj Coster-Waldau aseguró que aceptó el papel nada más leer el guion. "Está tan bien desarrollado que te lleva a pensar cómo te sentirías en una situación así. Cuando tienes hijos, perderlos es la gran pesadilla y forzarme a meterme en esa situación fue todo un desafío".
Maria Bonnevie habló de la dificultad de su papel, una mujer que “se encuentra vacía y sola, que no se conoce a sí misma; esos sentimientos son muy difíciles de reflejar”. Tampoco a Nikolaj Lie Kaas le resultó fácil meterse en la piel de un hombre tan violento, más aún cuando tuvo muy poco tiempo para prepararlo. “Afortunadamente, no tienes que convertirte en el personaje, sólo tienes que simularlo. Pillé la onda a base de los golpes que le daba a la actriz, pero al principio estaba cagado de miedo”.
A la hora de filmar las escenas emocionalmente más fuertes, la directora apostó por cierto grado de improvisación. “No hay que trabajar mucho las cosas, ya que, si hablas de ello una y otra vez, mueres antes de nacer. En el cine es muy importante captar el momento”.
Sobre la presencia en los festivales, y en el mundo del cine en general, de las directoras, Susanne Bier dijo que “sigue siendo increíblemente desigual. Pero no porque los hombres no quieran que las mujeres estemosaquí; son las mujeres las que lo impiden cuando, en un momento determinado de su carrera, piensan que tienen que elegir entre la vida profesional y la personal, y se acaban quedando en casa”.
K.A.