"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Le gusta vestir de gótica, añora su infancia feliz y se encuentra algo perdida en el proceso de hacerse mayor. Es Dixie, a la que muchos niños conocen porque protagonizó Aita, zonbia naiz! (¡Papá, soy una zombi!, 2011), que fue vista por 14.000 espectadores en el Velódromo hace dos años y consiguió luego el premio del público infantil en el Festival Internacional de Gijón.
Dixie regresa hoy a Anoeta, dentro del estreno absoluto de Dixie eta matxinada zonbia, una secuela de la anterior, pero con “más emoción, más aventura y mucha más acción”, según sus directores, los guipuzcoanos Ricardo Ramón y Beñat Beitia.
Producida por Abra Produkzioak y con guion de Daniel Torres, Dixie eta matxinadazonbia arranca cuando a Dixie, a quien por fin empiezan a irle bien las cosas, se le presentan sus viejos amigos zombies, Isis y Gonner, con malas noticias: la malvada Nigreda lidera una rebelión de los zombies contra los mortales. “Estamos ante una historia más coral que la anterior, visualmente más luminosa”. Ramón y Beitia saben perfectamente lo que quiere el público infantil. “Quieren pasárselo bien y estar entretenidos durante 80-90 minutos. Eso se sujeta con humor, con aventura y con misterio. A partir de ahí, siempre hay un mensaje, que en este caso es el valor universal de la amistad, pero que ha salido de forma casi natural porque nosotros no hacemos películas con ánimo pedagógico”.
Ricardo Ramón y Beñat Beitia remarcan con orgullo que todo el proceso de la película se ha llevado a cabo en el País Vasco. “Una película de animación requiere equipos de 70-100 personas y de gente muy especializada. Aquí tenemos una gran cantera; de hecho, exportamos animadores. Hacer una película de dibujos animados es un esfuerzo enorme, pero con ello se da salida a todos estos profesionales para que no tengan que marcharse, porque es trabajo estable para al menos dos años. Y es cierto que las condiciones están empeorando, pero se suplen con pasión. Tenemos un presupuesto bajo, y eso nos lleva a hacer un trabajo artesanal, muy mimado en todas sus etapas”. Como la fase de la música, muy importante en esta película. “Manel (Gil Inglada) es un gran compositor que tiene ya encargos a nivel internacional y es todo un lujo poder contar con él. Ha escrito una banda sonora que acompaña a cada personaje, hasta el punto de que empuja la narración completamente”.
Aita, zonbia naiz se estrenó en Estados Unidos, Canadá y en muchos países de Europa y Latinoamérica. De esta nueva película esperan un recorrido parecido y es más que probable que haya una tercera entrega. “En el mercado exterior funcionó tan bien que superó nuestras expectativas. Y ahora son los propios distribuidores internacionales los que nos están pidiendo un título más”.
Parece que el tándem Ramón- Beitia funciona bien. “Ricardo aporta la experiencia y proviene de la animación tradicional. Yo empezé cuando entró la tecnología y tengo otros conocimientos - uenta Beñat-. Por otro lado, ambos hemos sido productores y conocemos el otro lado. Hay que dejar aparte los egos y sumar todo el rato, sabiendo cuáles son los tiempos y los medios. Nos compenetramos muy bien”. k.a.