"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Simon Jaquemet, director suizo de Chrieg, se describe a sí mismo como una persona tranquila y afable. Su forma de hablar sosegada lo demuestra. “Sin embargo, el cine que me gusta no tiene nada que ver con mi personalidad”, dice. Seguidor de autores como Haneke o Larry Clark, siente una atracción especial por las películas duras y difíciles de digerir. Por esta razón, el realizador no tiene ningún reparo en reconocer que el trabajo que ha venido a presentar al Festival “no es agradable de ver”.
Cuando un día leyó sobre unas granjas en Suiza donde envían a los jóvenes problemáticos para que se rehabiliten, el director se dejó guiar por su gusto cinematográfico y entendió que ese sería el tema ideal para su primera película. Así, en pleno proceso de escritura de guion, Jaquemet acudió a una de esas granjas y se encontró con una situación mucho mejor de lo que esperaba. “Había jóvenes de 15 años que simplemente estaban allí por fumar marihuana. Sinceramente, me pareció que eran sentencias demasiado duras”, cuenta el suizo. A pesar de ello, la granja que el director retrata en la película y a la que es enviado el protagonista del filme no tiene nada de bonito. Todo lo contrario. Allí, las personas que se supone se encargan de rehabilitar a los jóvenes han perdido el juicio y utilizan métodos inhumanos y extremadamente violentos. Curiosamente, es en ese mundo de violencia descontrolada donde el joven parece encontrar su sitio y sentirse cómodo.
Para contar esta historia el director ha utilizado aactores no profesionales, jóvenes de la calle con problemas muy similares a los que se describen en el filme. “El hecho de estar retratando sus propias historias vitales hizo que no fuera fácil para ellos”, afirma Jaquemet. Ytampoco les está resultando agradable ver la película. “Solo han visto algunas tomas y no consiguen hacerlo libremente. Enseguida se sienten avergonzados”, explica.