"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Las cosas le fueron muy bien a Denzel Washington con Antoine Fuqua, uno de los directores estadounidenses con los que el actor ha establecido una más fecunda colaboración; los otros serían Spike Lee (Mo’ Better Blues, Malcolm X, Plan oculto), Carl Franklin (El demonio vestido de azul, A contrarreloj) y el fallecido Tony Scott (Marea roja, Déjà Vu, Asalto al tren Pelham 1 2 3, Imparable). Con su primer filmE a las órdenes de Fuqua, Training Day (Día de entrenamiento) (2001), Washington logró el Oscar al mejor actor principal. Ahora repiten con una película con menos trasfondo social (no hay corrupción policial por medio) y una acción tan espectacular como cortante, The Equalizer (El protector), adaptación libre de una serie televisiva de la segunda mitad de los ochenta.
Washington está como pez en el agua en el papel de este misterioso y lacónico ex agente de una organización secreta –se supone que es la CIA aunque nunca se dice– que lleva varios años retirado del mundo del espionaje, los complots y los asesinatos. Pero la violencia de un modo u otro siempre llama a la violencia. El protagonista observa cómo la joven encarnada por Chloë Grace Moretz es víctima de los mafiosos soviéticos que la han prostituido, y decide tomar cartas en el asunto.
Pero no se convierte en un justiciero urbano al estilo de Charles Bronson o Chuck Norris, ya que el personaje encarnado por Washington es antes un misterio, alguien de quien se desconoce su pasado, maniático de sus rutinas, solitario, tan zen como los mercenarios del cine de Jean-Pierre Melville y explosivo cuando debe enfrentarse con criminales de distinta calaña. Por eso se convierte en lo que era el protagonista (blanco) de la serie original, alguien que brinda sus servicios a todo aquel ciudadano normal que sea amenazado, chantajeado o extorsionado y no pueda defenderse por sí mismo.
La proyección de The Equalizer, con la presencia de su director y de Washington, quien recibirá el Premio Donostia de manos de Fuqua, abre hoy la 62 edición del Festival en una apuesta clara por, entre otras cosas, el mejor cine de género: la inclusión en la Sección Oficial a concurso de títulos como los españoles La isla mínima y Autómata, el estadounidense The Drop y el surcoreano Haemoo, o en Perlas con Catch Me Daddy y Black Coal, Thin Ice, y en Zabaltegi con la inclasificable encuesta policial escenificada en P’tit Quinquin, así lo confirma. q. c.