"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El joven realizador Matías Rojas Valencia (Santiago de Chile, 1984) trae a Horizontes Latinos una historia sencilla: el viaje que emprenden por el sur de Chile Amalia, una chica de 26 años y Cristóbal, de nueve, en busca del padre del niño. La infancia es un tema constante en los relatos de Rojas y concretamente, le interesa “el paso en que se rompe la inocencia, esa línea entre el juego y la razón, que se simboliza en el encuentro de los niños con lafotografía y una cadencia suave y reflexiva, transcurre en la tierra donde pasó su niñez el director: en la ciudad de Puerto Varas, mil kilómetros al sur de Santiago, cerca de la isla de Chiloé y de Valdivia. “Yo soy de ese lugar del sur de Chile donde transcurre la historia y conozco a esa gente dese niño, he ido a pescar ahí con mi papá. Allí, todos los días estaba nublado, todos los días llovía y eso empezó a generar depresión en mi familia, y especialmente en mi madre”, recuerda Rojas. De esta manera, su intención es clara: “Presentar en la película la relación de las personas con sus contextos geográficos y físicos: me alucina cómo influye la luz en las personas. Así que rodamos la película con una cámara pequeña, una Canon 60D y con lentes viejos; utilizamos poquísimos focos para iluminar y lo pudimos hacer con luz natural, aprovechando que todo el tiempo había neblina y lluvia “.
Afectado por una enfermedad desde niño, Matías Rojas no pudo asistir al colegio y su infancia transcurrió “entre ver películas, conversar y ver llover todo el día” y así “fue creciendo mi amor por el cine, que me ayudó a sobrellevar ese tiempo en que no fui muy feliz.” La propia historia de Rojas es la de muchos jóvenes de Puerto Varas que emigran a la capital para estudiar. También él se fue a Santiago para estudiar muerte, cuando aún no saben realmente lo que significa”. La cinta, con una cuidada fotografía cine, y las idas y venidas a sus orígenes marcaron otro de los lementos del guion de Raíz: “la distancia y el extrañamiento, querer estar y querer alejarse, no solo la lejanía física sino también la familiar, los enojos largos que ya no tienen razón, ni la recuerdas”.
El guion de Raíz es ficción basada en experiencias personales, combinadas con elementos elementos de documental, con algunas historias reales como la de la Estela. La “Señora Chela” es una persona real que encarna el personaje de sí misma: una valiente viuda de un asesinado durante el golpe militar chileno, que sacó adelante a sus dos hijos trabajando como barquera en un río de aguas termales, una labor que continúa haciendo hoy en día.
Rojas reconoció que la película “fue levantada por tres personas: yo hice el guion, la dirección y montaje y el arte, junto con el productor y la directora de fotografía, y Giancarlo Nasi se sumó a la parte de posproducción”. Con respecto al elenco, los únicos actores profesionales de Raíz son la protagonista Mercedes Múgica, la madre y el padre del niño. Cristóbal Ruiz, el niño, es originario de esa zona y se convirtió en actor gracias a la película. “Lo mejor fue que al final del rodaje me dijo: Yo quiero estudiar cine como tú”, contó el director.
Después de varios cortometrajes de ficción, documentales y videoarte, Raíz es el primer largometraje de Rojas. El realizador chileno ha venido a Donostia con el proyecto de su segunda película bajo el brazo, A la sombra de los árboles, con la que estos días su productor negocia una posible coproducción en el Foro del Festival.
P.Y.