"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina formaron alianza en 2007 con Dos Pájaros de un Tiro. La asociación se reveló enormemente fecunda y exitosa, así que repitieron cinco años después. Francesc Relea cogió al vuelo esta oportunidad y tras convencer a los dos pájaros, se enroló con ellos en una gira de la que han emanado recuerdos y amigos de toda una vida de música. El Símbolo & el Cuate es el resultado de esos meses en que Serrat y Sabina aceptaron a Relea como compañero de viaje. “Quería contar parte de la historia de América Latina a través de ellos, su influencia en ese país y viceversa. Aunque de alguna manera lo intuía, me he quedado realmente impresionado con la conexión”, afirma Relea. El nombre del documental proviene de un amigo: Serrat como el símbolo y referente de toda una generación que le venera por su ansia de libertad y lucha, y Sabina como el cuate, la palabra mexicana que describe al amigo, colega o cómplice, “y por todo el tequila que se bebe”, bromea Serrat.
Sesentones ya, Serrat y Sabina recorren la memoria de su propia vida. Es la historia de ambos, por separado primero, y juntos después. “La de Serrat es más larga porque es más viejo”, esta vez la pulla es de Sabina hacia Serrat, quien habla de su experiencia en el mundo del celuloide: “El cine ha sido una de las armas educativas de mi vida, mi refugio en la adolescencia y una caja de sueños en mi juventud. Y cuando juré que no volvería a hacer cine, he hecho lo mejor de mi carrera”.
Serrat estuvo 45 años viajando por América Latina, a causa de que fuera considerado ‘persona non grata’ por la dictadura franquista y tuviera que exiliarse. “Tras las vacaciones forzosas que me dio el Estado aproveché para irme de gira por México. Aquello fue realmente extraordinario: descubrir paisajes, comidas, costumbres y gentes diferentes, para darme cuenta de que todos en el fondo nos parecemos mucho”. Refugio de uno, México se convirtió para el otro en “el mejor país del mundo entero para emborracharse y para cantar”.
Y de México a Argentina. Imágenes de archivo recuperan conciertos históricos de ambos. Si las canciones de Serrat son ya la banda sonora de la vida de miles de argentinos, las de Sabina son las letras del amigo, del canalla, del bebedor. Las imágenes de archivo se intercalan con las que graba Relea. “El equipo ha sido del todo exquisito y en realidad cuando vas de gira vas a tu aire, y creo que eso es lo bueno de este documental”, aporta Joaquín.
El viaje termina en Buenos Aires, y regresa a la actualidad, a la memoria más reciente, al cáncer felizmente superado por Serrat. “Ha sido una celebración de la amistad y del amor que tanto Serrat como yo sentimos hacia América Latina. Creo que es un documental que hay que poner en los colegios y aunque no compitamos, una Concha de Oro no nos vendría nada mal”, vuelve a bromear Sabina, y remata diciendo: “Nos unen muchas cosas y nos separan sólo dos: mi envidia y su talento”.
Y tendremos más de ese constante humor. Los pájaros ya planean una próxima gira para 2017 o 2018: “Yo soy mayor pero él está más viejo. Si me aguanta, estamos pensando en otra gira, se llamará A la tercera va la vencida”, devuelve Joan Manuel. “Es que queda tantísimo por cantar. Cada día se siente y se sueña distinto, se cumplen años, cada día se conoce gente que merece una canción. ¡Queda todo por cantar!”, remata Sabina.
N.A.