"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Miembro de la generación que ha cambiado el devenir del cine rumano hasta convertir la cinematografía de su país en una de las más innovadoras e interesantes del panorama internacional, el nombre de Calin Peter Netzer (1975) saltó a la fama hace apenas unos meses cuando su tercer largometraje La postura del hijo (Pozitia Copilului) se hizo con el Oso de Oro en la última edición del Festival de Berlín. Elegido para representar a su país en la carrera por el Oscar, su director está en Donostia para presentar su filme en Perlas.
En su película refleja las profundas desigualdades que existen en la Rumanía de hoy entre las clases sociales ¿le interesaba abordar este tema?
No especialmente, de hecho no creo ni que sea el tema principal de la película aunque admito que ésta puede dar lugar a una doble lectura, por un lado en clave social atendiendo a ese contexto que mencionas, pero para mí tiene más interés el conflicto individual, la tensión psicológica que se establece entre esa madre controladora y su hijo. Obviamente si ella ejerce ese control sobre él es porque puede y si puede es porque tiene los recursos precisos para ello, o sea que su condición de mujer de clase alta sí que tiene un peso en la historia.
El personaje de Cornelia, esa madre dominante y castradora, ¿hasta qué punto representa un estereotipo social?
En las culturas latinas, y Rumanía lo es, ese tipo de madre controladora y posesiva suele estar a la orden del día pero no creo que el personaje de Cornelia sea un estereotipo social.
Admitirá, al menos, que en su película los personajes femeninos son mucho más fuertes que los masculinos, absolutamente pusilánimes.
Cornelia desde luego lo es y Carmen, la novia de su hijo Barbu, también. Entre otras cosas porque para él es una figura que viene a sustituir a su madre, aunque no lo admita abiertamente. Ambas son mujeres con carácter, valientes… Si me pides mi opinión personal te diré que sí, que creo que las mujeres son más fuertes que los hombres (risas).
¿Cuál es el estado actual del cine rumano? ¿Mantiene la energía que le llevó a posicionarse como cinematografía de referencia hace apenas unos años?
Creo que nos hemos anquilosado un poco, en parte porque las ayudas públicas al cine se han reducido notablemente, eso ha perjudicado a las nuevas generaciones de directores, que lo tienen difícil para rodar su ópera prima, aunque también a los cineastas consagrados con problemas para producir sus siguientes películas. Por otra parte creo que deberíamos, en la medida de lo posible, superar ese minimalismo expresivo tan
característico del último cine rumano que puede generar una cierta saturación si optamos por reincidir en el mismo. Mi pronóstico es que la proyección internacional de nuestra cinematografía se va a mantener pero atendiendo a los méritos de un grupo reducido de cineastas.
¿Cabe hablar de una nueva generación de cineastas rumanos o entre los jóvenes realizadores de su país cada quién posee su propia singularidad?
Personalmente sí que me siento miembro de una generación, hay cosas que nos definen, sobre todo mantener un discurso honesto y una estética realista, muy condicionada por los medios de los que disponemos para hacer cine que no son muy grandes. Luego, cada uno de nosotros tiene una personalidad muy marcada y distinta de la de los otros.
¿Qué impacto ha tenido sobre su película el Oso de Oro que ganó en el Festival de Berlín?
En lo que se refiere a las ventas internacionales fue muy beneficioso. Pero tanto o más importante que eso ha sido la respuesta del público rumano que, por lo general, consume muy poco cine nacional y que con esta película se ha volcado. El Oso de Oro en Berlín nos favoreció en este sentido y el boca a boca hizo el resto.
J.I.