"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Lo que cuenta Le tableau, como ocurre siempre en el cine, está ocurriendo en otra parte. En esta ocasión, el romance clandestino entre Ramo y Claire que va a dar lugar a una aventura coral se nos presenta dentro de un cuadro que un pintor desaparecido dejó por terminar, sin predecir las consecuencias y los trastornos que eso iba a tener en sus creaciones.
Los personajes, ahora, se dividen entre parias y oligarcas, son los Completos, los Inacabados y los Esbozos, seres dibujados o a medio abocetar que, cada uno con su expresión, cohabitan un mundo cromático en el que todos luchan por sus derechos y anhelos. Porque Le tableau es cine de viaje y aventura pero es también un drama sobre la organización social, sobre la religión, el estado y la rebelión ante la segregación a la que los hombres, a lo largo de toda su historia pasada y la porvenir, someten a otros hombres.
Le tableau es una de esas piezas de exquisito diseño artístico que de vez en cuando, y siempre de manos de autores muy determinados a nadar contra la corriente, emerge como un oasis de entre la animación comercial paraacabar por encontrar su lugar en ella. Su argumento, adecuado a la percepción infantil pero nunca ruidoso, funciona casi como excusa para desarrollar un universo gráfico ejecutado con técnica híbrida, y sin rebosar nunca su continente narrativo se permite interludios formales que vienen a enriquecer su historia, un relato espolvoreado de reflexiones leves sobre el arte, el amor, la guerra o la belleza, grandes temas que sólo desde la sencillez pueden tratarse como requieren. Mientras, entre sus alicientes visuales ofrece el ir detectando las evocaciones y los homenajes silenciosos que vierte sobre la obra de pintores como Chagall, Matisse, Picasso, Derain, Modigliani y alguno que otro más.
Coproducida entre franceses y belgas bien avenidos, Le tableau está dirigida por Jean- François Laguionie, el hombre detrás de cortometrajes tan celebrados en su día como La demoiselle et le violoncelliste (1965) o La traversée de l’Atlantique à la rame (1978). Laguionie, artista de formación teatral, fue apadrinado en sus inicios por el pionero de la animación francesa Paul Grimault y hoy es colega y afín de contemporáneos como Michel Ocelot (Kirikú), con quien tiene en común una filmografía de las de talante humanista. Le tableau es el cuarto de sus largometrajes, aunque el primero en obtenerle la apreciación no solo de la crítica, que ya poseía, sino del público, que es la que importa.
RUBÉN LARDÍN